Ganar guerras

Dentro de su disparatado inicio de presidencia Donald Trump ha anunciado un aumento del gasto militar del nueve por ciento lo que supone 54.000 millones de dolares, para lo que recortará las partidas ambientales, con las que no comulga, y de ayuda exterior. Son los famosos recortes para volver según el a ganar guerras. Si por contiendas bélicas se refiere a las dos grandes guerras mundiales estamos apañados. La destrucción de Irak y de Siria fueron producto de la nefasta política exterior de un Bush conmocionado por el once de septiembre y por la reacción en cadena de la primavera árabe, que sustituyó a los tiranos por el caos o los autócratas. Estados Unidos con toda su CIA y fuerzas armadas fue incapaz de canalizar estas sacudidas democráticas que derribaron a regímenes impresentables, pero que no condujeron a instaurar democracias o al menos cesarismos democráticos. Una excepción ha sido Túnez, a pesar de los atentados terroristas. Obama vivió el recrudecimiento del yihadismo y su presidencia tampoco supo encauzar este terrorismo seudoreligioso. Trump promete aniquilar a los yihadistas y para ello desea desatar una gran guerra, no fomenta el diálogo interreligioso como hacía Kofi Annan, sino que cree en la lógica del aplastamiento militar. No distingue entre sunitas y chiítas, ni nada que se le parezca, no le van las sutilezas, con bromitas a mi, no hay que andar con paños calientes y discursitos buenistas como los de Barack que no
‎sirvieron para nada y los terroristas se rieron ante nuestras barbas, de eso nada, hay que sacarlos de sus madrigueras y machacarlos. Así poco más o menos habla Donald con su lógica de matón de discoteca. Así de simple. Vamos a matar a moscas con cañonazos. Prescindiremos de esos ridículos programas contra nimiedades como el cambio climático que manejan los izquierdistas para destruir nuestro sueño americano, acabar con los coches y todas esas estupideces, que sirven solo para que campen vagos y maleantes. Acabaremos con proyectos humanitarios y culturales que sólo valen para inocular el odio contra los americanos. América first, lo primero América y que se fastidien dicho en finolis los demás. A los débiles, diversos y perdedores que les den, forjemos un mundo de superhombres, los arios hemos vuelto y erradicaremos el veneno de los moonlights del mundo mundial.A gastar dólares y dolares,que aunque se traduzcan en dolores, dolores y dolores, después del holocausto purificaran el ambiente y hasta los asquerosos periodistas y sus medios hostiles comenzarán a escribir la verdad y no esas tremebundas mentiras que publican.‎ Detrás de esta retórica esta un tremendo gasto militar, que no promete nada bueno si es imitado por las grandes potencias y militariza la economía mundial. Ante los retos del milenio de Naciones Unidas que podrían cumplirse y avanzar en educación, sanidad y mejora de las condiciones de vida Trump se encabrita da un puñetazo sobre la mesa oval de su despacho en la Casa Blanca y decreta un rearme criminal. Así van las cosas en Yanquilandia.