El Frexit

En este fin de semana de vendavales y días apocalípticos en la cornisa cantábrica ‎arrecia también un temporal político de similares magnitudes en la vecina Francia. La candidatura del favorito para la carrera presidencial Fillon se está desplomando ante las revelaciones del "Canard enchaine" de que su mujer y sus hijos cobraban sin trabajar fingindiose falsos colaboradores del ministro y político francés. Este canard, este pato como se conoce popularmente a los periódicos se le está indigestando al candidato conservador que había derrotado a Nicolás Sarkossy. Se resiste a dimitir pero su índice de aceptación se está tambaleando. En la izquierda la victoria del candidato utópico y radical frente al reformista y centrista Valls asegura a esta candidatura el tercer o cuarto puesto en los resultados electorales y le cierra el paso a la segunda vuelta que concluirá el siete de mayo y que se celebra entre los dos candidatos más votados muy probablemente la populista radical Marine Le Pen y el candidato conservador, que según todas las quinielas era Fillon. Entre los socialistas un nuevo candidato Macron se perfila como un outsider, un candidato sorpresa por su liberalismo en materia económica pero tiene el hándicap casi insalvable de representar una nueva presidencia socialista, después del desastre de Hollande. Todo esto hace que Madame Marine con su discurso explosivo de candidata del pueblo frente a los del dinero, su postura antiglobalización, que para ella favorece solo a las elites y su promesa de convocar un referéndum para sacar a Francia de la Unión Europea, conocido y temido como Frexit, se convierta en la favorita para ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales gracias al apoyo de todos los indignados y populistas de Francia y en muy seria candidata para la victoria final si tiene enfrente a un debilitado y enfangado candidato conservador. Si Fillon se retira queda la incógnita de como será sustituido, si por otro desempate en este caso con Sarkossy como tercero en discordia o un candidato de consenso. Frente a un socialista, aunque fuera Macron, tiene el Eliseo a sus pies. Ni que decir tiene que una hipotética salida de Francia de la Unión Europea tendría un efecto devastador para todo el edificio de Bruselas, que podría desplomarse y abocarnos a los actuales miembros de la Unión Europea a volver a una EFTA, un espacio de libre intercambio en que tal vez entraría el Reino Unido del Brexit y se dinamitaria el Euro, en favor del dolar. Un panorama muy poco alentador para el actual status quo europeo. El populismo tiene el viento a favor y sopla hacia la disgregación con las camisolas de la extrema derecha en medio mundo, menos en España donde ha elegido el anarquismo y se juega en Francia su carta más importante, la que llevaría a Madame Marine de tomar un café sin ser recibida en el rascacielo Trump en la Quinta Avenida a abrir las puertas de la Casa Blanca como aliada de honor del imprevisible piromano Donald del bracero con su primo Vladimir. No olvidemos que históricamente Francia y Rusia siempre han sido aliadas. El kilombo de los compatriotas de Messi estaría servido. Un verdadero triángulo de las Bermudas con Misses May actuando de animadora.