La corrupción en si no se perdona, porque es un pecado estructural

El pecado estructural en la Iglesia y en el mundo Y NO SE PUEDE PERDONAR. La Corrupción es el pecado que, en lugar de ser reconocido como tal y hacernos humildes, es elevado como sistema, se convierte en costumbre mental, una manera de vivir.

La corrupción no es un acto, sino una condición, un estado personal y social en el que uno se acostumbra a vivir.

El corrupto esta tan encerrado y saciado en la satisfacción de su autosuficiencia que no se deja cuestionar por nada ni por nadie. Ha construido una autoestima que se basa en actitudes fraudulentas: pasa la vida en mitad de los atajos del oportunismo, a expensas de su propia dignidad y de la de los demás.

La corrupción en sí no se perdona, porque es un pecado estructural y está ligado a un sistema injusto, que la Biblia llama satánico, identificándolo con las «bestias», a las que Ap 13 manda sin más al infierno.

Corrupción estructural, la condena del Apocalipsis

Quiza el texto que ha estudiado y criticado con mas fuerza la corrupción del sistema politico-social, no solo en la Biblia, sino en el pensamiento de Occidente, sea el Apocalipsis, que retoma, desde la experiencia de Jesús y de la Iglesia antigua.

Ciertamente pueden ser perdonadas las personas corruptas; cuando cambian de mente y de conducta (que eso significa conversión, es decir, meta-noia), como anuncia Mc 1,14-15, pero nunca la corrupción en sí, porque es intrínsecamente mala. Hay pecados personales de corrupción que pueden y deben denunciarse con nombre y apellido, pero la corrupción en sí, como estructura demoníaca, ha de ser superada y destruida sin posibilidad de perdón, como ha denunciado la Biblia en su conjunto y, de un modo especial, el mismo Jesús cuando condena a la Mammona (Mt 6,24), vinculada a Belcebu, Señor de los demonios (cf. 12,24).

Asi lo ha visto también el apostol Pablo en la carta a los Romanos.

Por eso, ante una situación como aquella que la Biblia ha denunciado, no se puede acudir a la imagen manida de unas pocas manzanas podridas mientras que el ≪cesto≫, es decir, el sistema en su conjunto, es bueno y debe conservarse.

Eso significa que no basta con separar unas manzanas malas y echarlas a la basura (o meterlas en la carcel), para que siga todo, sino al contrario: las manzanas malas pueden recuperarse (perdonarse, reeducarse…), pero el sistema (el cesto) debe quemarse sin perdon ni misericordia, pues la misericordia es para personas, no para estructuras que destruyen a las personas.

El termino ≪corrupción≫ ha sido muy utilizado en los últimos años en España por casos que han producido un escandalo mayusculo entre la poblacion. Esos casos de corrupcion tienen un origen que habra que rastrear, pero lo preocupante es que hayan producido estupor solo en el momento en que se unen a la mayor crisis social y economica que hemos padecido.

Por las informaciones periodisticas sabemos que todos los casos de corrupcion que ahora se juzgan o que salen a la luz tienen su origen mucho antes, en los finales de la decada de los noventa, cuando dos leyes cambiaron la estructura economica de este pais para ponerla al servicio de una enorme burbuja de la construccion. La ley del suelo y la modificacion de las leyes bancarias permitieron que el dinero fluyera como agua hacia la construccion y que muchos se enriquecieran con ≪pelotazos≫ urbanisticos que estan detras de toda la corrupcion que vemos.

O bien que se pusiera en practica la corrupcion institucionalizada de exigir una cantidad de dinero, generalmente el 3 %, para otorgar contratas publicas. Da la sensacion, sin embargo, de que nos ha preocupado el problema cuando hemos visto los efectos,cuando del simple análisis de los hechos,se podían colegir los resultados.

(Luis Ángel Rodríguez Patiño es Sacerdote).