Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Una mirada atrás

sábado, 28 de enero de 2017
Hace ‎ya 40 años en una España en plena transición democrática en que se hablaba de ruido de sables y había una gran ansia de cambio y al mismo tiempo ansiedad por el futuro ocurrió un terrible atentado contra la sociedad civil. Unos pistoleros de extrema derecha asesinaron a cinco abogados laboralistas e hirieron gravemente a otros cuatro. Una mirada atrásUno de los abogados laboralistas asesinado era hermano de mi amiga Paquita Sauquillo. Yo militaba entonces en Izquierda Democrática del Profesor Joaquín Ruiz Giménez. Ni que decir tiene que nos causó una tremenda impresión, por los compañeros muertos y por todos nosotros a quien los "fachas" tildaban de comunistas. Nosotros ya estábamos legalizados, pero faltaban los eurocomunistas de Carrillo, columna vertebral del antifranquismo, por ser legalizados. Joaquín y sus compañeros juristas eran los abogados de Carrillo y estábamos también en el ojo del ciclón. El funeral de las víctimas fue una concluyente demostración de civismo y de participación ciudadana. Estuve en el cortejo fúnebre llevando una gran corona de flores. Se veían caras muy crispadas y con gran determinación. El clima de dolor y compromiso trascendió a los comunistas y a los otros pequeños partidos de la incipiente democracia, mi madre que fue siempre franquista y que cuando se oía ruido en las calles creía que eran los comunistas se sintió tan conmovida que fue a la capilla ardiente del Colegio de Abogados como otras muchas personas que no querían que la barbarie de la guerra civil volviera a Madrid. La legalización del Partido Comunista el Sábado Santo ratificó la transformación de la dictadura en un régimen de libertades, la ansiada democracia y Adolfo Suárez supo aglutinar a todos los timoratos del desorden y pasivos franquistas en su Unión de Centro Democrático y hacer posible una reconciliación nacional, que propició Santiago Carrillo con su aceptación de la bandera y de la monarquía. Hoy a toro pasado las nuevas generaciones dudan de la transición o la ignoran olímpicamente. Se quejan de falta de democracia apelándose a la gente y a la democracia de las calles, conectando con los movimientos populistas que aspiran a imponer sus sloganes, sus palabras de orden a base de violencia y presión popular. Desean una némesis, una venganza histórica de los perdedores de la guerra civil imponiendo, reviviendo la Ley de Memoria Histórica, con la que Zapatero trató de revocar la Ley de Amnistía propiciando un ajuste de cuentas, que reabría las heridas de la guerra civil. Sin embargo el clima social no era propicio para esta revancha en la España del boom económico, pero en la crisis actual se podían pasear los cadáveres en el armario del franquismo y de algunos de los nuevos demócratas. Retórica incendiaria que deja indiferente a la mayoría de la población. Sensacionalismo de quita y pon y consumida rápidamente por los medios de comunicación que necesitan toneladas de carnaza para seguir alimentando el morbo. Cuarenta años como en el tango de Carlos Gardel "sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada" son un corto espacio de tiempo, pero quienes vivimos aquellas horas dramáticas y ahora "las nieves del tiempo platearon mi sien" no podemos olvidar aquel 24 de enero de 1977 y rendimos un emocionado tributo de admiración a aquellos mártires de la libertad.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES