A vueltas con el Referéndum

Los políticos son maestros en el art‎e de interpretar los resultados. Todos ganan. Incluso los que han perdido estrepitosamente. Los seguidores de Renzi a pesar de haber quedado seis millones por debajo de los que votaron No, argumentan que han superado su techo electoral. Los que no se contentan es porque no quieren. Han votado por el Si los partidarios del Partido Democrático, que son mayoría en Toscana y Emilia Romagna. La ciudad de Milán el centro industrial de Italia, el centro burgués y conservador se ha decantado por el Si, en cambio las zonas periféricas de mayoría obrera lo han rechazado. Roma con alcaldesa del Movimiento Cinco Estrellas ha sintonizado con el porcentaje medio y han tenido 61 No por 39 Si, yendo hacia el sur el porcentaje ha sido todavía peor para Renzi llegando en las islas Sicilia y Cerdeña a superar el 75 por ciento de rechazo. Interesante notar que Bolonia, Florencia y Milán han dicho Si. Se puede dividir la política italiana en tres bloques de un tercio cada uno. El 30 por ciento de los grillini, los seguidores del cómico Grillo, la protesta en la calle y en las instituciones. El 30 por ciento del Partido democrático, socialistas, excomunistas y ambientalistas. El último 30 por ciento de Berlusconi, que cada vez más se parece a una momia andante, de los fratelli d'Italia de una guapa dama que se apellida Meloni y los partidarios de Alfano el delfin de berlusconi que le volvio la espalda y se abrazo a Renzi. El primer bloque el populista se parecen mucho a los podemitas, pero no son marxistas, ni anticlericales, pero derraman toda la retórica anticasta y la exaltación de la gente y todos los tópicos de rechazar la democracia representativa y la bazofia de invocar a la democracia directa y los derechos humanos con la que desfrazan su ansia de poder y de asaltar el Palacio de Invierno. Propuestas ninguna, protestas todas. El Partido Democrático intenta ser una versión del partido de igual nombre en Estados Unidos, pero todavía no ha conseguido una síntesis y después de la derrota del Referéndum el liderazgo que aglutinaba Renzi se ha venido abajo. Berlusculoni, la Meloni y Alfano son una especie de Partido Popular, con un líder asediado por la justicia y por los años. El panorama político italiano estaba confuso antes del plebiscito y ahora lo está más todavía, sin embargo no hay que ser pesimista, afortunadamente no ha emergido el gran líder carismático que ofrezca el oro y el moro y borre las instituciones democráticas. El kilombo italiano encontrará formas de compromiso para no radicalizarse, están al borde de la ruptura, llegarán hasta el precipicio y darán la vuelta, antes de dar el salto en el vacio.