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Un partido del trabajo y del Estado del bienestar

lunes, 12 de diciembre de 2016
Es muy necesario que haya un partido político que se preocupe del trabajo, de los trabajadores y del Estado del bienestar. Es decir, un partido socialdemócrata alejado de planteamientos neoliberales o demasiado radicales y que se ocupe de verdad de los ciudadanos.

Lo que verdaderamente crea riqueza es el trabajo, por eso hay que reivindicar el valor del trabajo frente al valor del capital: El trabajo de los obreros, empleados, funcionarios, profesionales, científicos, autónomos, pequeños y medianos empresarios... Los ciudadanos deben saber que una minoría que pone el capital controla a una mayoría que pone el trabajo.

En el modelo capitalista-neoliberal de la economía de mercado y la ley de la oferta y la demanda, como dijo en una ocasión Juan Pablo II, los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. El principal objetivo de las multinacionales es el beneficio, para lo cual algunas no reparan en medios: Salarios bajos, sobre todo en sus fábricas del tercer mundo; pagar menos impuestos que sus trabajadores o tributar en paraísos fiscales; exprimir a sus proveedores, sobre todo a los agropecuarios; y actuar en régimen de oligopolio, lo que supone elevados precios para el consumidor al no haber una competencia real. Por otra parte, los grandes inversores invierten en grandes empresas, en fondos de capital-riesgo o en fondos buitre (nunca mejor dicho), y son los auténticos capitalistas por definición, es decir, los dueños de las grandes empresas, de los grandes bancos, de los medios de producción y de todo lo que se mueve. Cada vez son más ricos, tan ricos que ni les preocupa que en los grandes bancos o en las grandes empresas los altos ejecutivos de los Consejos de Administración se pongan a sí mismos los sueldos que quieran, en algunos casos hasta cien veces más que sus empleados, dinero que también sale de los ciudadanos porque somos sus clientes.

Se dice que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos e incluso hay quien dice que el capitalismo es el menos malo de los sistemas económicos, pues bien, admitiendo esto último, que ya es mucho admitir, ha llegado el momento de corregir, de una vez por todas, los excesos del capitalismo (un sistema económico que ha creado grandes desigualdades y un cambio climático), tales como la especulación financiera y la explotación laboral, y esto debiera ser la tarea principal de los partidos socialdemócratas. Hasta el mismo Warren Buffet dio fe de la situación actual diciendo: "Hay lucha de clases y los ricos estamos ganando."

El programa de un partido político preocupado por el trabajo, los trabajadores y el Estado del bienestar, en un país como el nuestro, debería contemplar, al menos, los siguientes puntos básicos:

1) MODELO ECONOMICO: El modelo económico no debería tener como única finalidad producir, crecer y consumir sin límite para obtener cada vez más beneficios y tener a todo el mundo trabajando (lo cual es una utopía), sino la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos, necesidades que existirán siempre. Para satisfacer esas necesidades, empresarios y trabajadores producen bienes y servicios, lo que además les proporciona un beneficio, y para eso lo más probable es que no tenga que estar todo el mundo trabajando. Hay unas necesidades básicas (alimentación, vivienda, vestido... ) que todos los ciudadanos tendrán que tener cubiertas. Los que trabajen deberán poder sufragar las necesidades básicas con sus salarios y los que no trabajen ni tengan subsidio de desempleo o pensión tendrán que tener una renta básica. Naturalmente, todos tendrían derecho a los servicios públicos (sanidad, educación, seguridad...) a cargo del Estado.

2) REFORMA EMPRESARIAL: El tener una tasa de paro tan elevada en España significa que nuestro sector empresarial no va todo lo bien que sería deseable porque tal vez sea deficiente y anticuado. Hay muchas empresas de servicios y de construcción, y cadenas de tiendas de ropa que fabrican más en terceros países que en España, pero hay pocas empresas industriales y un sector agropecuario donde los agricultores y ganaderos no levantan cabeza porque las cadenas de alimentación y las centrales lecheras, que les compran lo que producen, son las que ponen los precios. Por ello es necesario efectuar una mejora del sector empresarial para incrementar la actividad económica, y tener empresas ideales que paguen salarios justos por jornadas laborales de ocho horas, que tengan a todos los empleados con contrato, que paguen sus impuestos en España, que tengan seguridad en el trabajo y que fabriquen en España y no en paraísos laborales; para lo cual se necesitará potenciar la función de los inspectores de trabajo. No hay que confundir empresarios con especuladores, por eso hay que apoyar a las pequeñas y medianas empresas industriales y agropecuarias que basan su actividad en el trabajo y la innovación (economía productiva) y tienen a sus empleados en buenas condiciones, y no a las empresas que obtienen sus beneficios mediante la especulación y la explotación de sus empleados o becarios mal pagados. Asimismo, se deberá potenciar el I+D+i en los ámbitos tecnológico e industrial y apoyar a los emprendedores. Se deberían simplificar los trámites para crear una empresa y para contratar trabajadores, eliminando diferencias autonómicas, y rebajar, en la medida de lo posible, los gastos de seguridad social que suponen los trabajadores para las empresas. También habría que aumentar el importe del salario mínimo interprofesional. Ello permitiría que cualquier trabajador, trabajando ocho horas diarias, ganase lo suficiente para sufragar las necesidades básicas: alimentación, vivienda, ropa y gastos corrientes. Esta reforma permitiría acabar con la precariedad laboral, por la mejora económica que supondría para los trabajadores, y reducir el paro.

3) REFORMA FISCAL: Hay que llevar a cabo una reforma fiscal con el objetivo de combatir el fraude fiscal (estimado en 70.000 millones de euros al año) y los paraísos fiscales, reducir las desgravaciones en el impuesto de sociedades de los bancos y grandes empresas del IBEX 35 para evitar que paguen menos impuestos que sus trabajadores, y revisar la tributación de las rentas altas, las grandes fortunas y las SICAV; para lo cual se necesitará potenciar la función de los inspectores de hacienda. Así el Estado tendría dinero suficiente, sin necesidad de endeudarse, para financiar la educación y la sanidad públicas, las pensiones, el subsidio de desempleo y la renta básica en casos extremos, es decir, el Estado del bienestar. Es lógico que los empresarios que se enriquecen con una actividad devuelvan a la sociedad, en forma de impuestos, una parte de los beneficios que esa sociedad (trabajadores y consumidores) ha contribuido a generar. Los trabajadores, los funcionarios y algunos pensionistas entenderían muy bien que los bancos y las grandes empresas pagasen de impuesto de sociedades un porcentaje al menos igual al que pagan ellos de IRPF. No se trata de subir los impuestos a los ricos sino de que los ricos paguen impuestos al menos como los trabajadores.

4) SANIDAD: La sanidad es algo muy serio que no puede convertirse en un negocio, privatizándola, porque el objetivo de las empresas es, sobre todo, obtener un beneficio, a veces aumentando la duración de la jornada laboral y reduciendo los salarios, por lo tanto, la sanidad deberá seguir siendo pública y los médicos, por la responsabilidad que tienen, deberán estar descansados y bien pagados. Se deberán dedicar más recursos y esfuerzos a la investigación médica y farmacéutica, con la participación de universidades públicas, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, etc.

5) EDUCACION: En España la formación es muy buena, como lo prueba el hecho de que los médicos, ingenieros y científicos españoles sean muy valorados en el extranjero, pero de nada sirve si luego algunos acaban en el paro o trabajando de ingenieros mileuristas, o de camareros en el Reino Unido; luego el problema es otro. Habrá que potenciar más la formación profesional, la investigación en la universidad y otros organismos públicos, y también las becas para que nadie que tenga talento no pueda estudiar una carrera por falta de medios económicos.

6) VIVIENDA: Hay que solucionar el problema del elevado coste de la vivienda, creando un Ministerio de la Vivienda para coordinar la construcción de Viviendas de Protección Oficial de promoción pública (casas baratas) en suelo público, y combatiendo la especulación del suelo. Esto permitiría que los trabajadores pudiesen alquilar o adquirir una vivienda a un precio razonable y les sobrase dinero de su salario para adquirir otros productos lo que es beneficioso para la economía, y evitar los desahucios. No puede ser que el salario mínimo interprofesional en España apenas alcance para pagar el alquiler de una mísera vivienda en un barrio periférico de una gran ciudad. Hay que decir que el artículo 47 de la Constitución Española es muy claro al respecto: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos."

7) PENSIONES: Para aumentar la recaudación del Estado sin subir los impuestos, se deberá controlar, mediante los inspectores de trabajo, que nadie trabaje sin contrato para evitar que haya puestos de trabajo que no tributen a la Seguridad Social ni el IRPF; elevar el salario mínimo interprofesional, lo que supondrá mayor tributación; y combatir el fraude fiscal y la corrupción. Así se conseguirá que el Estado tenga más dinero para las pensiones y otros servicios públicos.

8) RENTA BASICA: Es cierto que siempre habrá desigualdades, pero la desigualdad no puede ser, por ejemplo, que unos coman y otros no. Por ello, deberá establecerse una renta básica para quienes no tengan ningún tipo de ingreso. Se podrá reducir el número de parados, pero conseguir que todo el mundo esté trabajando es una utopía, sin embargo, todo el mundo tendrá que estar alimentado, tener vivienda, luz, etc.

9) CORRUPCION: Hay que combatir la corrupción político-empresarial y eliminar las puertas giratorias, que se originan sobre todo cuando se privatizan empresas públicas y que permite a las grandes empresas contar con ex políticos influyentes entre sus consejeros, por los importantes contactos que pueden realizar. La mayoría de las compañías del Ibex 35 tienen a ex altos cargos en sus consejos.

10) GRANDES EMPRESAS: Hay que controlar los desmanes, en cuanto a precios, de los oligopolios de la electricidad, los combustibles, las telecomunicaciones, la alimentación y los medicamentos. Fijar precios mínimos de compra para algunos productos agropecuarios como hacen en algunos países con las centrales lecheras. En principio, parece que las empresas privadas pueden pagar sueldos astronómicos a sus directivos, porque es su dinero y se lo consienten sus accionistas pero, parte de ese dinero a veces sale de lo que cobran de más a sus clientes, como es el caso de las compañías eléctricas y telefónicas o de las gasolineras, o de lo que pagan de menos a sus proveedores, como es el caso de las cadenas de alimentación y las empresas del sector lácteo. En estos casos el Gobierno, como regulador, no puede abstenerse.

11) GASTO PUBLICO: Hay que reducir el gasto público suprimiendo el senado, revisando la utilidad de las diputaciones, reunificando ayuntamientos y logrando un consenso para revisar el modelo autonómico con el objetivo de conseguir que sea menos costoso gobernar un país, que no es demasiado grande, mediante diecisiete gobiernos. Pero nunca reduciendo el número de médicos y de profesores, por ejemplo.

12) MODELO AUTONOMICO: Algunos territorios se consideran un país, una nacionalidad histórica o incluso una nación. Tal vez la solución sería crear un estado federal, sin conciertos económicos ventajosos para nadie, y que los presidentes autonómicos pasasen a ser gobernadores con las mismas competencias y ni una más que las que tienen en los EE.UU.

En resumen, hay que conseguir que los trabajadores tengan mejores condiciones de trabajo y mejores salarios y que haya mayor actividad industrial en la pequeña y mediana empresa y menos paro; que no haya fraude fiscal y que paguen más impuestos las grandes empresas y, en consecuencia, el Estado disponga de más dinero para los servicios públicos y se endeude menos; que la vivienda sea un bien asequible; que no haya corrupción, y reducir el gasto público. Esto no es comunismo ni populismo, ni quitarle el dinero a los ricos para dárselo a los pobres. Esto es corregir los excesos del capitalismo, combatir la pobreza y las desigualdades y, de una vez por todas, reivindicar el valor del trabajo frente al valor del capital.

El objetivo final del programa de un partido socialdemócrata, preocupado por los trabajadores, debería ser la recuperación del Estado del bienestar, algo que no preocupa a las grandes empresas, ni a los mercados financieros. El progreso, el crecimiento económico y el trabajo deberán ir encaminados a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y no al enriquecimiento de unos pocos.

En definitiva, así es como quiero que sea el partido político que yo vaya a votar en las próximas elecciones.
Paz Palmeiro, Antonio
Paz Palmeiro, Antonio


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