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El Ecopark de Buenos Aires

viernes, 02 de diciembre de 2016
El Ecopark de Buenos Aires Tres elefantes tienen representación legal en la capital de Argentina. Es el último grito de los derechos de los animales. En el país donde das una patada en el suelo y surgen tres sicoanalistas como si fueran setas salvajes se está escribiendo una importante cruzada contra el esclavismo animal y se desearía dar un golpe de gracias a los zoológicos y convertirlos en ecoparques en que los animales puedan vivir a su gusto sin ver cercenadas su capacidad de movimiento y sentirse felices. En España recordemos al diputado socialistas que logró que fuera aprobada una ley sobre los derechos de los grandes simios. En Asturias la defensa del lobo ha sembrado el pánico entre los propietarios de ganado lanar. La cabaña de lobos crece y estos simpáticos canidos en su búsqueda por alimento descienden de las montañas y revuelven en las basuras de los pueblinos, las aldeas campesinas de hórreos y madreñas. Este delirio animalista ha contagiado a muchas mentes y amenaza con transformar a las fieras en sesudos ciudadanos que aspiran a tener su autodeterminación a la catalana o la canadiense.‎ San Francisco de Asís y su hermano lobo se está tomado al pie de la letra y ya se empieza a ver a las hipopotamas como orondas damas, a los elefantes como encopetados caballeros, a las hienas como jovencitas casaderas, a las girafas como jugadores de baloncesto y a los zorros como políticos avezados cuyas hembras reivindican su derecho a la buena reputación y proclaman como su santo protector a un José Luis Rodríguez Zapatero santificado en vida. La hora de las zorras ha llegado y se postulan como candidatas al Premio de Cooperacion Internacional de los Premios Princesa de Asturias. Estos iluminados ven en los zoológicos incluso en el de Cabarceno en Cantabria como campos de concentración, lagers, en que los animales que tienen sus necesidades básicas cubiertas y que se divierten viendo a los turistas, que incluso se les cruza con sus primas de las selvas, con todas las reglas de eugenesia que tan boga estuvieron cuando florecia el pensamiento nazi de las razas puras y superiores. En Argentina estas asociaciones de defensa animal están formando a logopedas y gramáticos que luchen contra el analfabetismo animal y refuercen los fondos de armario de las academias y partidos políticos, incluso con sección sindical y con especial atención al movimiento okupa capitaneado por todas las Carmenas y Colaus del ancho mundo. En Estados Unidos su flamante nuevo Presidente esta pensando en incorporar a su bellisimo harén personal a tigresas eslovacas hambrientas de fama y gloria. No se donde vamos a llegar siguiendo la senda de los ecoparques bonaerense y nuestro sentido común o sentidiño se está transformando en un paroxismo de discursos de Madero y de Raúl Castro despendolados en la Plaza de la Revolución cubana. Los animales unidos jamás serán vencidos. Se esta reescribiendo el Capital rebautizado como El Animal y en el cinturón bíblico de los Estados Unidos se especula en que el tradicional Moisés era un rinoceronte o un cachalote. El animalismo avanza y pronto tendremos que compartir nuestras mesas con alegres animalitos y las Universidades formarán a asnos y mulos, osos y ciervos. Detrás de la era digital se adivina una era animal que mete la pezuña por debajo de la puerta de la historia. Nuevos tiempos.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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