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Huma Abedin

martes, 08 de noviembre de 2016
Huma Abedin Estados Unidos es un país puritano y en vísperas ‎del DD. el Día de la Decisión que es como llaman al día de las elecciones los americanos, ha estallado un nuevo escándalo sexual tan habitual en la familia Clinton, tan sólo que en este caso, no se trata del Don Juan de segunda clase de Arkansas, sino de la mismísima Hillary y su entorno. Una vez más una becaria complica la vida a esta famosa familia, una de las dinastías americanas como los Bush o los Kennedy, no se trata de la ambiciosa Monika Lewinsky y sus escabrosas historias en el despacho oval de la Casa Blanca, sino de una elegante y escultural becaria de origen pakistaní, con un nombre digno de una novela de Le Carre, Huma Abedin. La historia se ha repetido hasta la saciedad en estos días. Un buen día apareció en el gabinete de la mismísima Secretaría de Estado una joven becaria de 19 años, que fue ganándose la confianza de su jefa hasta convertirse en su asistente personal. Huma no perdió el tiempo y desde su mirador privilegiado se relacionó con mucha gente importante y se casó con un atractivo treintañero congresista de los Estados Unidos. Lo que ni ella, ni su jefa, podían preveer es que a este diputado le gustaban las jovencitas en flor, las quinceañeras a las que buscaba y acosaba por internet. La carne es débil. El asunto tenía mala pinta y terminó en divorcio, pero el diablo las carga y esta parejita dejó un reguero de emails de Hillary, que en una carambola de campeón de billar, terminó en las fauces de la CIA. Se ha hablado de este asunto que ha servido de abundante pasto y morbo, sin reparar en algo que a mi buen saber me parece incomprensible y es que como es posible que una muchachita, una linda jovencita de 19 años, estudiante, fuera admitida como becaria nada menos que en la Secretaría de Estado, ni que fuera de Podemos al servicio de Carmena, claro es que en este caso la habrían hecho asesora, esta reflexión es todavía más válida y pertinente en el caso de la Lewinsky y como Doña Hillary sabiendo las inclinaciones bien probadas de su maridito no puso un grito en el cielo, pero el tema de fondo es como pudo ser aceptada, que credenciales tenían ambas, excepto sed de fama y de gloria, para escalar tantos pedalños y como tratándose de una chica de origen pakistaní, no se ejerció una discreta vigilancia sobre ella, por parte de los servicios secretos teniendo en cuenta que Pakistan es la cuna de todo el yihadismo, máxime después del 11M. Es estupefaciente que simples estudiantes becarios puedan tener acceso a asuntos de máxima seguridad nacional. Roza en lo increíble. En las películas americanas siempre se nos habla de salvar al mundo, pues bien los Presidentes de Estados Unidos deben protegerse de sus becarios. Donald Trump se frota las manos, está tan repleto de escándalos de todas clases que no le afectan los asuntos de becarias.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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