A gritos al circo

Los de Podemos con Iglesias a la cabeza a falta de ideas y de argumentos esgrimen gritos e insultos. Se rescata el escuadrismo fascita del tiempo de Mussolini y de Perón. Quieren convertir el Congreso en un circo. Se expresan de forma violenta. Agitan las manos creyendo que así mueven las mentes.Todo cuidadosamente orquestado y buscando claramente la confrontación y deseando poder convertirse en víctimas. Están furiosos y sacan a relucir los Derechos Humanos que ellos están pisoteando y ultrajando. Tienen hambre de guerra civil y atizan las ascuas del pasado anarquista para ver si consiguen armar un escenario pre-revolucionario. Les da una mano la alcaldesa Carmena para la que "la democracia representativa esta en crisis". Quienes están en crisis son esta banda de impresentables que quieren exasperar a los ciudadanos y lo que pueden conseguir es cansar al personal. En España sería preciso instituir una segunda vuelta electoral para evitar votos de indignación momentánea, que luego causan quebraderos de cabeza para quienes votaron de forma improvisada. Indispensable en las autonómicas y municipales en que están en juego la designación de cargos de Presidentes y Alcaldes. Los mal llamados del cambio, a no ser que sea, que se diga que es a peor, serían casi todos rechazados en una segunda vuelta ante sus ocurrencias y descabellado desmanes.Se va al Circo y te recreas por un buen rato, pero no puedes instalar el circo en tu casa, en tu ciudad, en tu región, ni mucho menos en tu país. Probablemente la forma de derrotar a los amigos del esperpento es la indiferencia y el humor y no seguirles la corriente. Se van a cocer en su propio caldo. La represión sería un mal camino. Se debe claro está impedir destrucción de lunas de escaparate y de cajeros y naturalmente lesiones a ciudadanos y a policías, pero no ir más lejos pues se echaría leña al fuego y se entraría en el juego de estos payasos, que un día llevaron la indignación a las plazas y calles y que hoy están consiguiendo que la gente se indigne con ellos. Con Zorrilla y su inmortal Don Juan amigos repitamos "Cuan gritan esos malditos" y armemosnos de razón y de paciencia.