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Interpretación de 'Pozo sin fondo' obra de Ángeles Marco

sábado, 03 de septiembre de 2016
Interpretacin de 'Pozo sin fondo' obra de ngeles Marco No sé por qué razón hoy apareció en mi cabeza esa metáfora de los profundos niveles invisibles e insondables de la realidad: “…es un pozo sin fondo”.

Al ver el paisaje del mar inundado de esa niebla espesa, oscura, que avanza implacable a tierra velando todo, ocultándolo, asocié a ella la cita del paisaje referida a un pozo en su condición abismal. Tal vez se conectó en mi mente esa invisibilidad con la inextricable condición del alma humana en su honda sima de agua oscura, negra.

Encadenada a este micro-paisaje reapareció en mi mente una escultura conceptual de la artista Ángeles Marco, que yo seleccioné en su día para la exposición De Goya a Barceló. Paisajes de la Colección Argentaria, expuesta en el Círculo de Bellas Artes, el año de 1997, titulada Pozo sin fondo.

Fui Comisaria de aquella muestra de la Colección del BBVA, entonces Argentaria, sobre paisaje y paisajismo, que se expuso en El Círculo de Bellas Artes de Madrid el año 1997, inaugurada con la presencia de la Infanta Cristina, como prometida a punto de casarse con quien vosotros sabéis. Estaba feliz: ¿qué sabía de su destino?, ¿qué del nuestro?, del país- me refiero- todavía en los finales de una transición esperanzadora y crédula.

Allí estaban un magnífico retrato de Carlos III con el Guadarrama al fondo, con la tierra seca y la hierba rasada en el primer plano: primera visión descarnada del suelo de nuestra Meseta que la fisiocracia comenzaba ya a valorar geológicamente, pasando a ser motivo pictórico por primera vez en la historia de las tipologías del paisaje, ancladas desde siempre en el paradigma de lo verde, de lo pintoresco y ameno, o en los escenarios del miedo. Ahí empezó la consideración estética de Castilla como paisaje, con la Ilustración del XVIII; luego el liberalismo de finales del XIX, el regeneracionismo y la literatura del 98 completarían tal relato con gran éxito, descubriendo la belleza de sus páramos, de su geología milenaria y de sus contrastes con la Cordillera Central en el horizonte.

Seguía aquella muestra con los ejemplares del paisaje realista de la colección, después venía el abstracto, el abstracto de Tapies, el espléndido matérico de Barceló titulado paisaje para ciegos sobre fondo verde, y, al final, los ejemplos del paisaje conceptual con sus metáforas de la naturaleza. Entre aquellos estaba la obra de Ángeles Marco Pozo sin fondo.

Este es un micropaisaje de asociaciones conseguidas sin intenciones de crear belleza, en la estela del minimal, una escultura alejada de lo académico: de un trípode metálico, frío, cuelga un cono negro de caucho inclinado. Lo negro opaco y los brillos metálicos fríos y brillantes contrastan esa rigidez geométrica con una geometría menos estricta, la del cucurucho de apariencia más manual.

La asociación que hice entre la niebla atlántica y el oscuro artefacto apuntado me llevó a situarme para ver su fondo…Miré por la boca abierta hacia la estrechisima profundidades , y por más esfuerzos visuales que hice no vi el fondo…porque el fondo del alma humana, como el de un pozo, es opaco, inexcrutable.
Pena López, Carmen
Pena López, Carmen


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