Los cuatro Villafranco

En España está dándose un interesante conflicto tapado por el debate sobre si ahora va a haber gobierno o no: se da en el pueblo extremeño de Villafranco del Guadiana, en el que la mayoría de sus 1.600 habitantes desean mantener el nombre que recuerda al dictador, pero que deben cambiarlo en virtud de la Ley de la Memoria Histórica.

En España llegó a haber cuatro localidades de nueva construcción llamadas Villafranco. Los otros tres Villafranco fueron del Guadalhorce, del Guadalquivir, y del Delta, en Tarragona.

Todos se creaban en enormes terrenos nacionalizados que se le entregaban a jornaleros, que además recibían casas y fincas.

Aquellos planes, llamados se Colonización, en el caso del de Guadiana, el Plan Badajoz, eran una gigantesca máquina de propaganda para señalar las preocupaciones sociales del régimen.

Los políticos franquistas defendían estos proyectos con iguales razonamientos que los reclaman ahora los receptores del PER (Plan de Empleo Rural), como el nuevo diputado de Podemos y líder agrario comunista Diego Cañamero.

Los planes, ideados en los años 1940, desarrollaron en los años 1950 y 1960 una red de pueblos blancos, de arquitectura mediterránea y con servicios como nunca habían tenido los que serían sus habitantes.

Las localidades que se mejoraban, pero con nombre anterior, recibían el apellido de “de Franco” o “del Caudillo”.

Dos grandes líderes comunistas y militares republicanos de la guerra civil, Valentín González, El Campesino, y Enrique Líster, creador del Quinto Regimiento, decían que la duración de Franco en el poder se debía en gran medida a la creación de núcleos como estos, que servían para demostrar las supuestas bondades sociales del régimen.

Y añadían que Franco se había limitado a copiar lo que había iniciado Stalin y, sorpresa, lo que quieren copiar Cañamero y Podemos.