Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Los complices

martes, 02 de agosto de 2016
Para proteger su privacidad, las imágenes externas han sido bloqueadas en este mensaje Mostrar imágenes
La visita en silencio del Papa Francisco a Auschwitz‎ ha puesto en relieve el Holocausto judío, pero exige un rigor histórico, la responsabilidad de esta monstruosidad no sólo fue del nazismo y de la solucion final de la cuestión judia, sino también tuvo complices. Recuerdo en un viaje turístico por Rumanía, mientras recorrianos la Bucovina y sus famosos templos pintados la guía una señora que era profesora trataba de deleitarnos mientras el autobús correteaba por la carretera cruzandonos con caballerías y arrieros, con chistes e historietas. Para mi asombro eran sobre la rapacidad de los judíos, a los que ridiculizaban e imputaban todos los tópicos del más rancio antisionismo. Mi paciencia llego al límite y no pude soportar más las historias de un fullero Jacob y de un mendaz rabino tuve que protestar y recordar que cerca de 400 mil judíos perdieron la vida en Rumania. Se callo y minutos después las historias cambiaron ya eran de católicos, incluso de un Papa patoso. Esta dama no tenia remedio en silencio me enfrasque en el bonito paisaje rural de la vecina Transilvania. Esta vivencia personal refleja un estado de opinión que tiende a ocultar la complicidad de quienes se creyeron las patrañas y participaron del odio contra los hebreos. Incluso en España,donde como en Italia, no se atento contra la vida física de las familias judías y se las protegio, se contagio un resquemor contra la plutocracia judia, los argumentos falaces de los sabios de Sion, tuvieron éxito entre muchos intelectuales, que incluso hoy nos hablan sin morderse el labio de conjuras mundiales sionistas y de los inevitables masones.E n recientes publicaciones en Francia se habla ya sin tapujos de los colaboracionistas franceses en la persecución contra los judios. Sin embargo en los países centroeuropeos se esquiva esta complicidad, en una película húngara que mereció el Oscar a la mejor película extranjera, los malos son los alemanes nazis y los buenos claro está los hungaros. Se alzan algunas voces en contra, incluso una Premio Nobel rumana, retrata en sus pequeños relatos las asfixiantes relaciones con sus vecinos y el ambiente antijudío de una población ávida de quedarse con sus bienes y de expulsarlos. En España la historia del niño judío de Toledo se convirtió en una leyenda que emponzoño las relaciones de los cristianos viejos con los judios. La Iglesia Católica ha pedido solemnemente perdón a las comunidades hebreas.San Juan Pablo II subrayó la hermandad entre judíos y cristianos en sus visitas a la Sinagoga de Roma, a orillas del Tiber y en las cercanías del Arco de Octavio en pleno ghetto donde todavía se pueden degustar en sus Hosterías los famosos "carciofi alla giudia" y recorrer sus callejones, que recuerdan un pasado medieval en que la exclusión era un hecho. Los Reyes Católicos los expulsaron en un momento de unidad y pureza religiosa en que había que purgar a musulmanes y hebreos. Los nefastos progrom de Rusia fueron otros momentos de odio y destruccion. Son citas inconexas en el tiempo, pero que dejan un poso en nuestros subconscientes. Cuando Francisco nos invita a la hermandad con las personas que profesan otras religiones creo que esta trazando un futuro de entendimiento y paz. Abjuremos de rémoras mentales que en español nos hacen hablar "de judiadas" y encaremos una limpieza mental, que nos haga eliminar estos pensamientos "complices". Afortunadamente se viven otros tiempos y otras circunstancias, pero en las relaciones con los musulmanes tenemos también que eliminar prejuicios "contra los moros". La fraternidad impone el respeto y porque no el amor por la diversidad y por otras formas de apriximarnos a la divinidad. Veamos seres humanos y no estereotipos. Es de esperar que en otras latitudes europeas se lamente también la complicidad del pasado y se elimine con los vestigios actuales. El padre Kolbe era polaco, pero esto no impide el hecho que otros compatriotas fueron cómplices.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES