Luto por Niza

Niza ha sufrido un tremendo atentado. Cerca de 100 muertos y decena de heridos han llenado de dolor a toda Francia y a todos los ciudadanos de bien de la Unión Europea. Una vez más, un súbdito francés de origen tunecino, que ha sido tiroteado por la policía francesa, ha sido el autor de este acto de barbarie. Ajeno a todo esto. Ayer se celebró una brillante recepción en la Embajada de Francia en Madrid que fue un acto muy alegre en el que participaron el cuerpo diplomático, la sociedad civil española y la colonia francesa en España. El gobierno español estuvo representado por el Ministro de Defensa, Pedro Morenés, y por el Secretario de Estado del MAEC, Ignazio Ybañez, y la oposición socialista por el ex- Presidente del Parlamento europeo, Barón. El Embajador francés, Yves Saint-Geours, pronunció un vibrante discurso alabando las buenas relaciones políticas, culturales y económicas entre España y Francia y agradeció al Ministro Morenés la colaboración militar española. Se interpretaron los himnos de España, Francia y la Unión Europea. Era una fiesta preciosa en un ambiente de gran fraternidad. Sin embargo, a las once de la noche un camión asesino truncó esta bonita historia. Las primeras noticias fueron confusas. A medida que pasaron los minutos se confirmaron los peores presagios: ciudadanos totalmente inocentes, franceses y de varias nacionalidades yacían sobre el asfalto de una de las avenidas más hermosas del mundo, la famosísima Promenade des anglais, que en los años veinte, presenció un derroche de lujo y de extravagancias de los poderosos, de los llamados felices veinte, la belle epoque. Ahora se convertía en un teatro del horror, en un escenario de cuerpos aplastados y de un gentío que corría en todas las direcciones con semblantes de pánico. Esto es lo que pretenden los terroristas: difundir el pánico. Sin embargo los amigos de la libertad, los que creemos en un mundo de paz no podemos dejarnos llevar por estas emociones primarias. Tenemos que reaccionar sintiéndonos ciudadanos de Niza. Al tiempo que enviamos un mensaje de dolorosa fraternidad a nuestros amigos franceses. Tenemos que afirmar rotundamente que los violentos podrán golpearnos, podrán sembrar la barbarie pero nuestro compromiso con nuestras libertades y nuestro progreso no están en peligro. Los ideales de la revolución francesa tienen su plena vigencia en Europa y en el mundo. Liberté, égalité, fraternité son valores compartidos por los europeos y en este momento más que nunca tenemos que lanzar un grito exclamando Vive Nice, Vive la France y Vive l´Europe. ¡No pasarán!