miércoles, 24 de abril de 2024
este animada canción de Enrique y Ana es el ritmo de cabecera del silente Divino Pedro, de la Fontanera Prodigiosa y de todos sus acólitos Luenas, Hernando y compañía y también del Chico Sensato de Hospitalet, del guitarrista Girauta y de la verbenera Villacis y de otros como Villegas y huestes ciudadanas. Las elecciones del 26J constituyeron un éxito para el Padrastro Rajoy, tan convencido de su liderazgo como combatido por sus compadres de la casta, que le niegan el agua y la sal, los dátiles y la leche de camella. Los podemitas no participan de la yenka, porque están enzarzados en los reproches de la derrota, para Cara de Niño Errejon la culpa la tiene Cara de Ángel Garzón aspiraban al néctar del poder supremo de La Moncloa y las vestales Bescansa y sacerdotisas de Pablo se han rasgado las vestiduras. El Discotequero Iceta se asoma al abismo de Quebec y no está para bailecitos, no le sacan de variantes más o menos logrados de alegres sardanas. Los que están que fuman en pipa son los sufridos electores, que ven con asombro y con hastío que la muchachada política les están tomando el pelo y que en vez de marcarse un vibrante pasodoble pierden el tiempo y sus menguadas energías en ensayar una desmayada Yenka. No, no, pero Si, Si, Si que nos van a crujir si no conseguimos una fumata bianca y nos pueden echar todos al pilón como se hacía en los pueblos de la España de garrota, boina y mujerucas de negro como pintaba Solana. Los plazos se acortan, Del Bosque y Casillas se pelean, Marito e Isabelita deshojan su casorio en permanente consulta con el Hola, Montoro se sumerge en sus masas y Don Jorge busca donde estaban colocados los micrófonos, Cameron de la Isla opta al Premio de Tonto del Año, las Obamas se defienden de los indiscretos vientos en la escalerillas de los aviones y el Papa emérito y el Papa titular se abrazan en San Pedro. En Las Cortes resuena la yenka y sudorosos políticos interpretan sus pasos con más o menos acierto, pero el tiempo se restringe y habrá que cambiar el paso, hacia donde, nadie lo sabe, pero se intuye. La matriarca alemana la coronela Merkel hace restallar su látigo y desea que termine la yenka.
