Dice mi amigo...

Tengo un amigo que me dice que él no entiende a un país que da tantos votos a un partido en el que abunda la corrupción y todavía saca pecho ante sus adversarios. Me dice que él creía que robar era un acto inmoral, pero por lo visto, eso no tiene importancia. Dice mi amigo que no entiende muy bien que sean, los que mandan tanto a sus cachorros a la catequesis, los que olvidan con tan disimulado descaro el séptimo mandamiento. Dice mi amigo que no entiende a un país que, no sólo recorta los gastos en políticas sociales, sino que obliga a su juventud a soportar la explotación laboral con una reforma, que le niega todos los beneficios adquiridos a lo largo de los siglos.

Dice que no es de recibo engañar a la juventud con tanta universidad para que su destino sea de friegaplatos en Inglaterra. Dice mi amigo que él no entiende que haya siete millones de españoles que puedan validar a un gobierno que establece la ley “Mordaza”, no para amparar a las fuerzas de seguridad, sino para poder así evitar las investigaciones sobre su trabajo. También dice mi amigo que no ve la separación de poderes por ningún lado y que existe una injerencia cada vez mayor de la política en el poder judicial. Dice mi amigo que no han sido los “otros” los que han vaciado la caja de la Seguridad Social, sino los triunfadores.

Dice mi amigo que somos el tercer país de Europa con mayor tasa de pobreza infantil y se recortan miles de millones en educación y políticas sociales. Dice mi amigo que la desigualdad social crece a pasos agigantados sin que se reformen las políticas con protección de desempleados y en riesgo social. Dice mi amigo que todavía hay personas que no se dan cuenta que cualquier tipo de xenofobia es reprobable y se niegan a ser receptores de refugiados.

Dice mi amigo que existe poca memoria y la gente no quiere recordar sus dificultades para vivir y se vuelve altiva y esquiva ante los necesitados. Dice mi amigo que no es cierto que Hacienda seamos todos, sino que es de unos que no pagan impuestos o simplemente defraudan, mientras otros no pueden olvidar nada.

Dice mi amigo que creía que su patria era España, pero que ve que nuestros líderes la cambiaron por Suiza…o las Islas Caimán. Dice mi amigo que hay muchos caraduras dando clases de ética y que todos los golfos que salen de la cárcel, no los presos comunes, siempre se presentan con la conciencia tranquila.

Todo esto y más lo dice mi amigo y yo sólo se lo cuento porque, si tiene razón, me confirma lo que pienso.