¿Era Shakespeare feminista?

¿Cómo se reproduce un caracol? La pregunta nos cogió a todos desprevenidos, como tantas veces. La reproducción del caracol no estaba en la agenda de estas cañas. Cuando esto ocurre, cada uno mantiene el tipo como puede. Unos hacen memoria y recuperan aquel documental de La 2; otros tiran de estudios de campo, de escuela de la vida y de recuerdos de infancia. Lo más rápido es teclear en Google: reproducción caracoles. Para nuestra sorpresa, existe caracolpedia, una enciclopedia especializada en caracoles.

Pero a veces no es tan fácil. Alguno, pudoroso de su propia curiosidad, teme que solo por preguntar aquello que le ronda la cabeza, le salte el antivirus o que las respuestas le dejen poco convencido. A veces no tenemos amigos a los que preguntar y a veces creemos que lo sabemos todo, que es lo peor. Para todos estos casos, BBC ha creado el servicio iWonder (traducido: Me Pregunto), una web en la que un presentador entrevista a un equipo de expertos que responden a preguntas que la gente envía al programa como: ¿dormimos lo suficiente?, ¿cómo moriremos?, ¿fue correcto bombardear Hiroshima?, ¿nos toman el pelo con la etiquetas de los alimentos?, ¿se puede enseñar la creatividad? De todas las categorías (cocina, ciencia, animales, religión, ética…), me quedo con Shakespeare, que, a juzgar por la cantidad de programas que le han dedicado, es una categoría en sí mismo.

¿Cómo fue un día en la vida de Shakespeare?, ¿Por qué fue un escritor tan especial? ¿Por qué utilizamos (los británicos) sus sonetos para bodas y funerales? ¿Merece ser tan venerado? son algunas de las cuestiones dedicadas al bardo más conocido de la historia de la literatura. Me quedo con la última pregunta de iWonder, formulada esta semana: ¿Shakespeare era feminista? Si estuviéramos en Reino Unido, nuestro interlocutor seguramente respondería: ¿Qué prefieres, la versión corta o la larga? Seguimos el esquema del programa y vamos con la corta.

Hay siete veces más personajes masculinos que femeninos en las obras de Shakespeare. Un 16% frente a un 84%. Rosalinda es a la que más líneas escribió en su categoría, 685, frente a las 1.506 de Hamlet. A pesar de esa diferencia y de que los roles desempeñados por las mujeres en sus obras son modélicos, los personajes femeninos muestran coraje, inteligencia, ambición, osadía y orgullo.

La actriz Eleanor Maatsura, presentadora de este programa, explica en un vídeo su experiencia personal sobre el escenario, en el que encarnó a uno de los personajes de El sueño de una noche de verano en una versión moderna elaborada para la BBC. «Puede que Shakespeare no fuera un feminista en el sentido más tradicional de la palabra… pero fue un escritor que tuvo el deseo de plasmar todos los aspectos de la humanidad, la espiritualidad y el alma. La luz y la oscuridad. Lo bueno y lo malo. Lo masculino y lo femenino». Maatsura recuerda cómo los personajes femeninos del autor inglés no pudieron ser representados por mujeres hasta 1660, casi 50 años después de su muerte. Sin embargo, el hecho de que a ellas les prohibieran subirse al escenario no quiere decir que él no contara con ellas. Esta actriz señala por ejemplo que uno de sus favoritos es «Lady McBeth, que corre gigantescos y ambiciosos riesgos para sobrevivir y prosperar en las circunstancias en las que se encuentra».

En algunas de sus obras, Shakespeare representa las relaciones entre hombres y mujeres como igualitarias. ¿Es un reflejo de su vida real? Mary Arden, la madre del escritor, había perdido a dos hijas antes de que William naciera y él se convirtió en el niño de sus ojos. Ella le habría enseñado a leer, a disfrutar de las historias y a despertar su imaginación. Todo parece indicar que el matrimonio con Anne Hathaway fue forzoso, embarazada ella de su primer hijo. Durante la mayor parte del matrimonio, él vivió en Londres, mientras que ella permaneció en Stratford. En sus Sonetos hay referencias a una Dark Lady (dama oscura, misteriosa), que algunos historiadores han identificado como Emilia Lanier, una poetisa que escribió sobre la liberación sexual de la mujer. Quizá su madre, su mujer y esta amante habrían contribuido a formar la mentalidad de Shakespeare, progresista y adelantada a su tiempo.

Al final, ¿es o no es feminista Shakespeare? Esa es la gracia de iWonder, que no contesta. Recibir información, sopesarla y sacar una conclusión por nosotros mismos debería ser un ejercicio habitual a la hora de enfrentarnos a contenidos periodísticos. Así que, ¡a trabajar!