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Las cuentas del Gran Capitán

jueves, 02 de junio de 2016
Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar nacido en Montilla en la segunda mitad del siglo XV,- por cierto, comendador de la Orden de Santiago- pasó a la historia de España, tanto por su valor militar que probó en la guerra por la reconquista del reino de Granada y en Italia; como por las cuentas que presentó a Fernando el Católico- pico, palas y azadones, cien millones de ducados-. Pues bien, en estos tiempos de escasez pecuniaria para la hacienda de las clases populares, algunos dignos sucesores de personajes propios de la picaresca, tratan de "engatusar" al tejido social con derecho al voto y a promover la alternancia en el poder que consagra nuestro sistema democrático, con lisonjas, prestidigitaciones contables, patrañas que suenan bien a la necesidad del pueblo, o simples encajes de bolillos entre verdad, media verdad, espejismo, ensueño y embustes.

Dicen que Romanones, ganaba las elecciones al líder de los conservadores, Don Antonio Maura, ofreciendo: un duro y un puro, por cada voto en su favor. Ahora son tiempos de subastas en materia de promesas. Tras el fracaso de las elecciones del 20-D, todos vuelven a ponerse el buzo de la factoría, bajan a la mina, o suben a los andamios, para convencer al dueño del voto, al sujeto del poder, al elector del representante en las instituciones públicas, que la oferta del partido, tal o cual, es la mejor, más estable y sobre todo, más generosa con el pueblo llano, del que temo se olviden al día siguiente de las elecciones.

Sirva lo que antecede de prefacio para aproximarnos a las quimeras o delirios propias de un proceso febril, tipo Malaria, para dejarnos convencidos de lo que afirma con solemnidad o seriedad a imagen del burro puesto de perfil, este gobierno en funciones desde hace seis meses. España nada tiene que temer. Las cuentas presentadas ante las instancias -mercaderes- de la U.E. son propias de un ejecutivo serio, profesional, dotado de razones y buena mano para conducir el timón de nuestro futuro inmediato como Nación y Estado. La economía española es un ejemplo de buen hacer. Las cifras de la recuperación tras la crisis ponen de manifiesto el milagro español. Las tasas del paro con las que se encontró este ejecutivo, herencia de los socialistas, han experimentado un cambio digno de toda suerte de encomiendas.

Frente a lo anterior, sólo algunos lunares. La corrupción galopante. La pobreza vergonzante. Los salarios menguantes. La precariedad laboral. La incertidumbre del modelo sostenible para las pensiones. La amnistía fiscal para golfos con máximo poder adquisitivo. La confiscación de salarios, ahorros y pensiones, mediante impuestos para todos aquellos que son presa fácil de la voracidad fiscal, mientras las grandes fortunas "descubrían" los paraísos desde los que el capital se ríe de las obligaciones que algunos titularon como "hacienda somos todos".

Pero "ten que ser". Sólo así se explica que desde la "jefatura del movimiento nacional" se diseñe un modelo para: contentar a la Troica, marcar los parámetros de la estabilidad política, caminar por la misma senda con pequeñas alteraciones del rumbo, afianzar una España desvertebrada entre clases populares proletarizadas y una élite dispuesta a emprender grandes aventuras económicas con la seguridad de que si no salen bien, siempre les quedará el rescate del Estado. Para todo ello, en algún lujoso despacho se decidió la coalición PP-PSOE-Ciudadanos, naturalmente, bajo el mando de Rajoy, a imagen y semejanza de aquel modelo capaz de sumar falangistas, carlistas y opus, para poner en marcha la España de los planes de desarrollo, dónde el turismo, la emigración hacia Europa y la unidad en torno a los dicterios y consignas desde la "lucecita del Pardo", sacaron a este país de la cartilla de racionamiento y del estraperlo controlado por las oficinas de abastos.

¿Cómo evitar la ruina de un Estado con una deuda del 101% del PIB?. ¿Cómo evitar la pérdida del poder adquisitivo de las clases medias españolas, en cuanto repunten los precios del crudo y se cansen los del Banco Central Europeo de inyectar euros a nuestra economía?. ¿Cómo mantener el "caduco" Estado del bienestar, cuando los grandes negocios que aun pueden rentar son los que aguardan la privatización de la sanidad pública y la educación pública?.

Para ganar tiempo y lograr que las gentes, hartas de estar hartas, pierdan la esperanza en votar a partidos emergentes, nada mejor que mostrar que tales partidos son el resultado de conspiraciones en Venezuela, Irán, o cualquier otro lugar dónde tradicionalmente tuvieron lugar conspiraciones contra la España del Imperio, la España de la Restauración, la España del nacional catolicismo, la España de...charanga y pandereta, devota de Frascuelo y de María...La España cañí.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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