En un momento en que en España la política internacional se centra en Venezuela es indispensable elevar el vuelo e interesarse por otras latitudes. Decia Aurelio Peccei, el fundador y alma del Club de Roma que sólo un dos por cientos de personas se interesaban por los problemas internacionales y este diagnóstico se reduce cuando aprietan las contiendas electorales.
Es fascinante observar como la política exterior de Estados Unidos se vértebra en el Pacífico como área de influencia, mientras la China dirige su interés hacia el Sur del Mar de China y redescubre la ruta de la seda como via de interés económico y cultural, para fomentar los intercambios en esta vasta zona.
Rusia está expectante ante estos movimientos de los dos colosos y apunta sus interés hacia el Ártico y su gran reserva de materias primas y tierras vírgenes, en Oriente Medio desea relevar a Estados Unidos como potencia gendarme, vease su papel en Siria.
Europa está paralizada por la invasión de los refugiados y emigrantes y por querellas internas como el Brexit en el Reino Unido y la tensión en Ucrania entre las dos almas de este pais.
Los populismos de uno y otro signo añaden picante y sabor agridulce a un continente que debe habituarse a un papel meramente cultural y no a ser un ariete de progreso, crisis acentuada por el envejecimiento galopante de la poblacion.
Asomarse al panorama internacional añade la incertidumbre de la confrontación de las religiones del libro judios, cristianos y musulmanes. Nuevas cruzadas en que el nombre de Dios las más de las veces sabe a muerte y violencia. Todo este gigantesco ministrone italiano, sancocho colombiano y paella española no está presente en las elecciones del 26J, aqui Venezuela, un país que hoy día podría servir de modelo para el Tirano Banderas de Valle Inclan acapara toda la atención, absorbe los impulsos, concentra nuestras relaciones internacionales. Se toma como botón de muestra entre una lucha por las libertades y el sueño todavía no conseguidp de la redención de las masas. Es escalofriante la limitación mental de nuestros Tribunos y las ocurrencias farsescas de los munícipes de nuevo cuño, la aldea global se empequeñece y nuestro país está ausente de la politica internacional de altos vuelos.
El mundo de la creatividad de los cerebros puestos al servicio del bienestar y de abrir horizontes a la humanidad realiza inventos extraordinarios en la presente revolución digital, una gigantesca segunda revolución industrial y obras extraordinarias como la ampliacion del Canal de Panamá o la exploración del Ártico se van abriendo paso. Ortega y Gasset profetizó que los adelantos científicos irían por delante de la necesaria evolución de las ciencias sociales y nada más cierto. Da la impresión que los protagonistas de la acción politica, ciertamente no son los filósofos de Platón, Dios nos libre, sean personajes sin escrúpulos expertos en juegos de ambición y carentes de principios arrastrados por los fines.
Esto explica el crapulismo de la corrupcion y la degeneración de la familia que es el nepotismo. Por ello, para huir del catastrofismo es refrescante bañarse en las aguas cristalinas de iniciativas rompehielos como la del tren de la seda que une Madrid con la China y que no ha calado todavía en la poblacion. De Madrid a la China en 21 dias. Recuerda al transiberiano, y la UNESCO apunta entre sus grandes prioridades la ruta de la seda.
Naveguemos a toda vela, a velocidad de crucero, seamos nuevos Marco Polos e indignémonos por la ignorancia y la falta de imaginacion de nuestros lideres. Pongamos en marcha al tren de la seda en pos de las estrellas.
Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación.
