Guerra de trincheras

Como en la primera guerra mundial y su contienda de trincheras en Verdun nuestra campaña electoral se atrinchera.Nadie quiere salir de su madriguera. El Partido Popular no se mueve un centímetro, no hace concesiones y se considera el garante de la estabilidad económica. Sigue sin alardes en la política espectáculo. El PSOE escenifica una unidad férrea y presume de sus pregonados principios democráticos y expone un lucido palmares que reputan envidiable de sus pasados logros y como va de no enmandalla continua culpando al PP de recortes, corrupción y mal gobierno. Podemos el movimiemto del 15M, el que recoge la furia y la pasión de los indignados se ha aferrado al "sorpasso", a adelantar al PSOE gracias a su alianza con Izquierda Unida y desea convertirse en el referente de la izquierda y levanta la bandera de todos contra el abominable Rajoy, fuente de todos los males habidos y por haber, mientras hace vislumbrar un futuro redentor para sus sufridos descamisados. Por su parte Ciudadanos ‎se presenta como el partido de la regeneración democrática y de las reformas constitucionales situado en un centrismo oscilante entre la derecha y un poco más a la izquierda. Son radicales e intransigentes. Apoyan a las atribuladas clases medias y defienden con unas y dientes la unidad de España. Las familias tribales independentistas de Cataluña, País Vasco y Galicia se enrocan en su nacionalismo sin medias tintas y siguen siendo partidarios de pactos con el PSOE al adivinarlo más flexible, por ser una máquina de poder con vocación de gobierno, mientras en sus feudos acaparan el poder y jugosas sinecuras gracias a un sistema electoral que les favorece. Desde el 20D, nada parece moverse, incluso las aguas subterráneas están estancadas, todos erre que erre en sus parapetos con las bayonetas listas, aunque todos de boquilla se declaren partidarios del diálogo y de los pactos. Situación paradójica de guerra de trincheras. Es evidente que es inimaginable una tercera ronda electoral. Los analistas políticos y los tertulianos de radios y TV tienen que agudizar su ingenio para interpretar el leve susurro de las hojas, los gestos casi imperceptibles, los humores cambiantes de los mandarines, excavar en los detritus que levantan todos los días los husmeadores y atizadores de escándalos y consultar a los augures, adivinos y oráculos. Estamos en un callejón con salida forzosa. Unos y otros pasean el caballo de Atila el rey de los hunos con mejor o peor fortuna, sospechan de caballos de Troya destinados a su destrucción y ambicionan todos el vellocino de oro de los cargos y todo lo que esto trae aparejado, todo ello a costa de sus deslumbrados seguidores. Se ha inventado un horrible neologismo "el postureo" para describir este rigodon que bailan todos los candidatos y sus palmeros. Un airoso pasodoble, una vibrante jotica, un flamenco por sevillanas, una sardana sería y acompasada, sin faltar las muneiras. Todo vale para que pase el tiempo y "algo" ocurra que cambie el panorama y el soplar de los vientos. Estamos en manos de Eolo y de Neptuno. Que la Diosa Cibeles desde el centro de Madrid esperando a la enloquecida hinchada madridista ayude a poner fin a esta guerra de trincheras