El miércoles fue un día de chollos en el centro de Lugo. Una nueva edición del Street Market, iniciativa digna de aplauso cuya única pega, en mi opinión, es el nombre (no me gustan los anglicismos, qué quieren que le haga), y que llenó las calles del casco histórico de viandantes que se echaron fuera de sus casas por dos motivos: el impresionante día de verano que hizo y la atracción de los descuentos del comercio.
Los miércoles para mí son días de cine, otro de los chollos habituales ese día de la semana en que te cobran menos por la entrada que el mismísimo día del espectador, cosa harto curiosa pero beneficiosa para los que disfrutamos de la gran pantalla (aunque algo menos cuando hay los típicos pelmazos en la fila de atrás que no se callan ni por apuesta). Sin embargo este miércoles no nos pareció plan encerrarnos con el día que hacía, así que nos fuimos de paseo y nos encontramos con la feria callejera del comercio
y la aprovechamos.
Tres pares de zapatos en Cortés (no me puedo creer que hayan vuelto las Converse que estaban de moda cuando era adolescente), y otras tantas camisetas frikis en Zona Sur, de la rúanova (un día me animo y se las enseño). Vuelta a casa con bolsas con las que no contaba.
Lo de este miércoles demostró dos cosas: que el saber aprovechar la climatología es sinónimo de éxito y que el casco histórico es el mayor polo de atracción de la ciudad cuando se mueve. Lo primero es gracias a la capacidad de reacción de la Asociación de Autónomas, que tenían previsto el mercado para este mes pero sin fecha y que el lunes movilizó a las tropas al ver las previsiones del tiempo. 48 horas y miren lo bien que fue.
Lo segundo es más complejo, ya que si algo nos faltan en Lugo son días de sol como el del miércoles, pero que incluso cuando los hay parece que se aprovechan menos de lo que se debiera. Parecemos caracoles, y en cuanto se van las nubes salimos corriendo a la calle a disfrutar las terrazas y el buen tiempo y lo normal es que en esas condiciones no te quieras enclaustrar en un centro comercial artificial, con ese olor característico que tienen todos y que no es comparable a la brisa de las zonas sin coches.
Ya que el Ayuntamiento de Lugo está más interesado en organizar visitas guiadas al cementerio a hacer el indio entre las tumbas de nuestros difuntos más queridos, tendrá que ser la iniciativa privada la que intente dinamizar el casco histórico, e iniciativas como esta, son lo que hacen que la gente acuda al centro.
Seamos sinceros, la cultura cutre que practica nuestro ayuntamiento atrae lo justo al gran público. Gastarse miles de euros en exposiciones chorras o en actuaciones ridículas, en las que la gente se para veinte segundos, dice ¡qué cosas! y sigue andando no es el camino de la recuperación del recinto amurallado. La solución es dejar que la iniciativa privada, que lo hará bien por la cuenta que le tiene, ocupe las calles.
Atrae más gente al casco histórico la terraza del Café del Centro que cualquier actividad dinamizadora de esas que pagamos a las amigas de la concejala de turno, como el trivial para mujeres o chorradas de semejante calibre. Pero en lugar de apostar por ese perfil, y, por supuesto respetando el paso de peatones, promocionar que se instalen terrazas atractivas o juegos para niños hacen justo lo contrario: ponen los columpios en descampados donde no va nadie más que a darse cariño por las noches (véanse las instalaciones en San Fiz o en la zona del descampado de las Termas), y suben las tasas de terrazas, que ya eran las más caras de Galicia, a cifras estratosféricas. Por si había dudas de que el centro les huele a pijo y que su máxima es cargárselo a toda costa.
Y por supuesto cuando se intenta hacer algo desde alguna entdiad, una acción que no pueden vender los munícipes con su logotipo en el cartel, su política es poner la proa a todo, no sea que parezca que la calle es de la gente y no de los sacrosantos mandamases. Sería bueno que cambiasen de mentalidad, y que ya que la administración no hace gran cosa al menos no estorbe. A ver qué pasaba.
