Menos pobres en España

Dice el Instituto Nacional de Estadística (INE) que el treinta por ciento de los españoles vive en riesgo de pobreza, pero debería observarse que las preguntas que plantea para la investigación pueden hacer parecer pobres, según algunos momentos de sus vidas, al 95 por ciento de los ciudadanos,.

Las preguntas del INE podrían colocarnos a casi todos nosotros en la lista de aspirantes a indigentes si contestamos a cuatro de ellas que tenemos dificultades para:

1) Pago de la hipoteca, el alquiler y otras facturas como la electricidad o el gas; 2) Una semana al año de vacaciones fuera del hogar familiar; 3) Consumo de carne, pescado, pollo -o su equivalente vegetariano- al menos una vez cada dos días; 4) Hacer frente a imprevistos; 5) Teléfono fijo o móvil; 6) Televisión en color; 7) Lavadora; 8) Automóvil; 9) Temperatura adecuada en el hogar (tanto frente al frío como frente al calor).

Menos los millonarios muchos ciudadanos han pasado en algún momento por las nueve dificultades, y ese alarmismo estadístico, reiterado por muchos políticos, medios influyentes y por las oenegés más eficaces recaudando fondos, hace creer que estamos rodeados de pobreza visible y abundante miseria, mientras calles, tiendas y bares están llenos de españoles que, uno de cada tres, debería estar mendigando.

Es una falsedad, útil para explotarla políticamente. Con análisis más finos Eurostat acaba de afirmar que el porcentaje de españoles que sufren carencia material severa se redujo desde el 7,1 por ciento en 2014 al 6,4 en 2015, con 250.000 personas que salieron de la pobreza ese último año.

En Grecia porcentaje es del 22,2, en Italia del 11,5, en Portugal del 9,6, y otros países europeos ricos, como Reino Unido 6,1 o Bélgica 5,8, no están mucho mejor que España.