Estamos en la era digital. Cada vez, todo se digitaliza más: música, vídeo, libros... y también las imágenes. Nuestras imágenes personales con familia y amigos, entre otras.
Esto tiene muchísimas ventajas, por supuesto. Ya no es necesario tener nuestros hogares llenos de discos de vinilo o CD, de vídeos en DVD ni otro tipo de cintas. Todo puede estar en un disco duro de pequeñas dimensiones, en un ordenador o en un pendrive que cabe en la palma de la mano. Además, en cuanto a las fotografías, ya no tenemos que limitarnos a esos viejos carretes de 24 o de 36 fotografías, de la cuales algunas siempre salían borrosas o defectuosas. Uno no se daba cuenta hasta que no las llevaba a una tienda de revelado fotográfico y veía esas fotos totalmente negras, o con un dedo enmedio de la imagen.
Sí, ahora tenemos miles de fotografías en nuestros ordenadores, móviles y tablets. Pero, ¿qué hacemos con tantas fotos? Casi nunca nos ponemos a verlas de nuevo, sería demasiado tedioso con tan ingente cantidad de imágenes. Además, lo normal es que cada poco tiempo cambiemos de móvil, tablet, o tengamos que formatear nuestras unidades de almacenamiento, y perdamos así todas las imágenes. O incluso de forma repentina, por algún virus informático que nos borre estos recuerdos tan valiosos.
¿La solución? Volver a lo tradicional: al papel. No estamos hablando de volver a usar esas viejas cámaras analógicas con carretes de unas pocas fotografías. Simplemente estamos hablando de que es buena idea revelar algunas de nuestras imágenes digitales, por lo menos, las que más nos gusten, o las más importantes: nacimientos, bodas, comuniones, viajes especiales, etc.
Incluso hay grandes personalidades que están avisando de la importancia de revelar nuestras fotografías. Por ejemplo: Vint Cerf, uno de los padres fundadores de Internet. Y no sólo se refiere a que se pueden borrar o eliminar las imágenes de nuestros discos duros, si no que habla de que los formatos en los que tenemos guardados todos nuestros documentos, algún día quedarán obsoletos, con toda esa información perdida en su interior. Ejemplo: los disquettes. Ningún ordenador ni dispositivo actual reproduce este formato, así que los documentos que podamos tener ahí guardados, ahora son mucho más difíciles de acceder. Pues bien, esto mismo puede pasar en el futuro con los CD, pendrive, etc.
Siguiendo estos consejos, insistimos en que es vital que imprimamos nuestras fotografías preferidas, las que más valor sentimental tienen. Para ello, hoy en día hay muchas opciones. Desde entrar en una web de
revelado de fotos, donde podamos cargar nuestras imágenes digitalizadas para recibirlas impresas en unos días en casa.
O puestos a ser originales, se pueden hacer más cosas con nuestras fotografías, a saber: usarlas para crear un
calendario personalizado, donde puede aparecer una imagen en cada mes. O crear regalos originales, tales como
cuentos infantiles personalizados, en los que aparece la cara del niño en las páginas del cuento.
En fin, hay miles de opciones más: tazas personalizadas, cojines con fotos, fotoálbumes, fotolienzos... hay tiendas online donde se puede elegir cualquiera de estas opciones para crear
regalos originales con fotos.
En resumen, se trata de quedarnos con lo mejor de ambas épocas: gracias a la era digital podemos tener más imágenes, borrar las defectuosas y elegir nuestras preferidas. Y gracias a la era analógica del revelado, podemos volver a la idea de tener estas imágenes impresas, físicamente, y así conservarlas para siempre, sin preocuparnos de los virus, formateos o cambios de formatos digitales a lo largo de los años.
