Una solución real

Tras fracasar la investidura de Pedro Sánchez por no lograr nada más que 131 diputados porque difícilmente obtendrá mayoría simple en segunda votación, numerosos analistas políticos calculan que Felipe VI invitará de nuevo a Mariano Rajoy a presentar su candidatura antes de proponer que se convoquen nuevas elecciones.

Quizás es lo que espera también Rajoy, pero aún quedan dos posibilidades que podrían clarificar, mejorando extraordinariamente, la situación.

La primera es seguir la ronda de los partidos más representativos y proponerle a Pablo Manuel Iglesias Turrión, el líder de Podemos y tercero en número de escaños, formar gobierno buscando sus propias alianzas.

Nadie habla de esa posibilidad en los medios informativos, pero el Rey puede plantearla porque no hay previsión constitucional alguna que lo impida.

Llamarlo sería ejercer la gran justicia real: daría opciones iguales en estas justas políticas y permitiría que los combatientes organizaran sus enfrentamientos y alianzas para estos singulares combates parlamentarios.

Podemos tiene 69 diputados, a los que, por su cercanía con otras izquierdas radicales y sus afines independentistas, podría sumar otros 28 (ERC-CATSI, DL, UP (IU) y EH-Bildu), todos ellos si añadimos los dudosos seis del PNV y el nacionalista canario.

Turrión llegaría así a 97 en esa posible suma, y no pasaría de ahí ni en primera ni en segunda votación, porque es imposible que otros partidos le dieras sus votos.

Fracasado este leninismo-chavismo-neofalangismo, queda por llamar el cuarto partido, el también estatal Ciudadanos.

Es la salida, la gran coalición sumamente legitimada si consigue el apoyo de los dos primeros, PP y PSOE: 253 de los 350 diputados del Parlamento.

Sí, aún queda la UCD-Ciudadanos con su Adolfo Suárez-Albert Rivera y sus Pactos de la Moncloa 1977-2016: la gran solución del Rey padre, y del Rey hijo.