La costra política

Hace más de 5 años, en mis artículos publicados , primero en el blog de una amiga y después en el mio, Librepensador71, ya empleaba el calificativo casta, para referirme a la casposa clase política de nuestro país, cerrada en si misma, encastillada en sus partidos herméticos, totalmente controlados, cuyo fin era el poder con el único objetivo era la maximización de la depredación sistemática de los fondos públicos, primero por los procedimientos “legales” que se otorgaban al utilizar abusivamente el poder legislativo, en su propio beneficio: Sueldos, exenciones fiscales, pensiones, indemnizaciones injustificables, aforamientos, financiaciones, por distintos conceptos, de partidos y sindicatos y toda clase de privilegios a cargo del erario público : asesores, secretarias, chóferes, coches, tarjetas, viajes, comidas, gastos de representación, etc; pero también tejiendo una red legal protectora para la corrupción por y para los políticos, lo que les ha permitido robar, durante décadas, a manos llenas, formando verdaderas redes criminales, que posiblemente cubran todo el territorio nacional y la totalidad de las instituciones, en mayor o menor medida, por la sencilla razón de que el marco legal no solo lo propicia y ampara, sino por que, en cierta manera “regula” esta forma de gobernar.

Ningún partido con responsabilidad de gobierno está libre de culpa, por eso nos parece escandaloso que un partido le achaque a otro partido sus gatuperios vergonzosos organizados e institucionalizados, presumiendo de limpieza inmaculada , cuando la mierda también le tapa, al osado acusador, hasta las orejas. Se puede decir que la mierda acumulada por los partidos y sus políticos , es directamente proporcional al poder ejercido. Nadie está libre de culpa y puede tirar ni una sola piedra, por que quedaría lapidado. Ni tan siquiera los partidos llamados emergentes, que no han tocado aún poder, están todos exentos de dudas. La virginidad solamente la preserva Ciudadanos ya que Podemos tiene problemas de la financiación del partido por los gobiernos golfos de Venezuela, Irán y dicen que de Corea del Norte, y sus dirigentes implicados en el lavado de estos importantes fondos ilegales, y que atentan contra nuestra independencia nacional.

En este infecto, asqueroso, nauseabundo, y repugnante muladar de corrupción, se celebra el proceso de proclamación de Presidente de Gobierno, tras unas Elecciones Generales, que han arrojado un complicado resultado, y que los cuatro partidos a tener en cuenta para la formación de un gobierno, imposibilitan una solución con sus vetos, y a todo lo que no sean ellos los gallitos de corral, forzando, con sus intransigencias, lineas rojas, y posturas irrenunciables, a unas nuevas elecciones o lo que es peor a una solución tan forzada que atente contra la propia seguridad nacional, y/o a un desastre económico de magnitudes desconocidas, por ejemplo la entrada en un gobierno del leninista, proetarra, proiraní y bolivariano Podemos y sus hijuelas confluyentes independentistas, antisistema, antieuropeas, antieuro, etc.

La designación real de Pedro Sánchez como aspirante a Presidente del Gobierno, que pide un mes para negociar los apoyos necesarios, prolonga el cabreo y angustia de la ciudadanía ante un futuro incierto y pone en evidencia la necesidad urgente de una Ley Electoral que asegure a los ciudadanos la elección directa e inequívoca de sus representantes y gobernantes y no dejarlo a posteriores trapicheos de los políticos, donde los intereses nacionales brillan por su ausencia, primando los míseros intereses personales y partidistas, sobre todo lo humano y divino.

Ante un posible fracaso en la formación de un gobierno nos queda la esperanza de la convocatoria de nuevas elecciones, con la posibilidad de que los resultados sean matemáticamente parecidos y posponer otra vez la formación de un gobierno o que de las conversaciones entre formaciones políticas resulte un acuerdo de formar un gobierno tripartito presidido por Rivera de Ciudadanos y la implicación efectiva de PSOE y PP, previa renuncia de los líderes de ambas formaciones Sánchez y Rajoy . Este gobierno sería el único que podría abordar, con la energía que se requiere, los grandes retos que tiene planteados este País: el golpe de estado larvado de Cataluña, la erradicación de la corrupción como forma de gobernar, la superación de la crisis y consolidación del crecimiento y creación de empleo, el terrorismo yihadista y una mayor integración europea .

La casta política se ha convertido en una dura y consistente costra, que tapa una realidad purulenta , y para sanearla hay que quitar la rígida pústula y limpiar el pus, para que pueda curar la tremenda pupa política. Todos los partidos han de hacer limpieza general a fondo, sobre todo los, hasta ahora, grandes, PP y PSOE, quitándose de encima practicamente a toda sus cúpulas, en un harakiri generalizado , si quieren sobrevivir a dos o tres elecciones más, y no quedar fuera del juego político o quedar testimonialmente representado como los diplodocus en un museo, para asombro de las generaciones futuras. Las gangrenas hay que atajarlas cortando por lo sano los miembros afectados; en una política gangrenada de corrupción generalizada e institucionalizada o se actúa contundentemente con los corruptos o se degrada el sistema democrático hasta matarlo.

Es ya casi una matraca repetida en mis artículos, la tesis de que la variable explicativa del por qué España es el País más corrupto de la Unión Europea, es el excesivo número y la excesiva politización de las instituciones públicas. Es la forma de gobernar lo que hay que cambiar, para acabar con la corrupción, y ello no es fácil, por que implica una férrea y constante voluntad política de llevarla a cabo, y mantenerla en el tiempo , porque no es muy popular.

Quiero creer en la posibilidad de que Sánchez fracase en su intento de formar un gobierno y que sus negociaciones deriven en un gobierno presidido por Rivera con la participación activa de personajes independientes y políticos de Ciudadanos, PSOE y PP , sin Sanchez y sin Rajoy, que pueda abordar los cambios necesarios, enfrentarse con los desafios catalán, terrorismo, nueva ley electoral,regenerar los partidos deshaciéndose de la costra y del pus que los atenaza, lograr sostener y mejorar el crecimiento económico y del empleo e incorporarnos con fuerza, como una democrácia moderna, a la construcción europea, sin correr idílicas aventuras portuguesas, helénicas ni bolivarianas.