Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

En la Casa de Neira Vilas

jueves, 21 de enero de 2016
Visitamos la casa natal del escritor Xosé(Pepe) Neiras Vilas, al cumplirse los cincuenta y cinco años de la publicación de "Memorias dun neno labrego", el libro más traducido y vendido de la literatura gallega.

Como siempre, almuerzo de confraternidad en La Gurita, luego el traslado a tierras del Ulla y en el camino, pasando Santiago explicaciones de casi todo. Empezamos por ver pasando Angrois, la hendidura provocada por las minas de hierro y el puente de este mismo material que une los bordes; luego a la distancia las obras en altura del AVE, ingeniería moderna a tope.

Tomamos la vieja carretera que une Santiago con Ourense, quedando a nuestra izquierda una más vieja mozárabe, ruta que hacía el escritor para ir los jueves al mercado y en las fiestas de mayo, tanto éstas como las romerías era una forma de encontrarse la sociedad.

Observando el Pico Sacro, nos enteramos que en su momento lo coronaban torres medievales, que fueron destruidas por los irmandiños en su confrontación con los nobles. También a lo largo de la ruta pudimos ver casas, como la del estudioso Antonio López Ferreiro (cura), al que se le debe en gran parte conocer la historia de Santiago de Compostela, actualmente es casa rural.

También vimos el Pazo de Ortigueira, propiedad del hermano del general Armada, quién es el propietario a su vez del Pazo de Santa Cruz de Ribadullia. Pasamos por donde tiene su casa el músico Juan Pardo, por Pontevea donde se aprecian nuevas construcciones modernas, que al ser realizadas con piedra y madera no desentonan con el resto.

Por fin llegamos al mirador de Gundián "Paso da Cova", en la ladera sur del Pico Sacro, donde hay una vista espectacular del río Ulla con un puente que se encuentra a noventa metros de altura, proyectado en 1930 y terminado en 1950, por el arquitecto Eduardo Torroja (abuelo de la cantante Ana Torroja) y que en su momento fue el mayor especialista en construcciones en hormigón armado (también proyectó el puente del Pedrido, muy cercano a nuestro domicilio) . Pudimos apreciar también la iglesia de San Juan da Cova y más abajo había una capilla del año seiscientos que fue tapada por la tierra al hacer el puente. En ese mismo lugar se puede apreciar un altísimo puente del Ave, con arco ojival y como toda la construcción en este territorio, compleja y llamativa.

Merece mención especial la mina de Serrabal en Vedra, que extrae cuarcita blanca y que da un aspecto dantesco vista desde la ruta, realmente la Xunta o el organismo que le competa no ha observado el aspecto devastador y el feísmo paisajístico, en pos de intereses monetarios.

Pasamos por muchos aserraderos, que fueron medio de vida y que tienen tras de sí muchas historias trágicas de accidentes.

Llegamos a Gres y nos esperaba un puente Ledesma del S.XIV, con nueve arcos y unos metros más alli otros puentes modernos que une la orilla del río con las insuas (islas del río), en la entrada del puente hay un monolito en honor de los guerrilleros locales que en ese lugar vencieron a las tropas de Napoleón.

También nos enteramos que el río Ulla, tiene tres denominaciones: A ulloa en la zona de Agolada, Ulla en la zona media y Ullán en Padrón.

Por último nos dirigimos al cementerio, donde se encuentran los restos de Neira Vilas y en otro nicho los de su esposa Anisia Miranda Fernández (cubana de origen ourensano), al que el autor le hizo un poema grabado en su placa, que me gustó:

Andoriña viñeches de América
navegando co vento nordés
e ísta terra ofreceuche agarimo
es aquí para sempre de Gres.

Ya en la casa conocida como do romano, porque vivió un italiano exiliado y que en su momento fue albergue de peregrinos, porque pasaban por el antiguo camino mozárabe. Pudimos recorrer un pequeño museo, con piezas antiguas que le fueron regalando, una biblioteca decorada con cuadros que le obsequiaron y una sala donde hay litografías de Seoane y cuatro cuadros realizados por Seoane, su esposa, Díaz Pardo y otros gallegos ilustres realizados en servilletas, en la comida de despedida que le hicieron en Buenos Aires.

Nos enteramos de algo que muchos no sabrán y es la ayuda como mecenas que Isaac Díaz Pardo con las utilidades de Sargadelos dio a éste y a muchos de sus colegas gallegos, algo digno de mencionar, más en un país donde los gobiernos le han dado la espalda a la cultura en muchas ocasiones. Nunca se terminará de agradecer la ayuda material y cultural que estos emigrantes han dado para el desarrollo de países de América que le dio cobijo en su momento.

Y como dice nuestro profesor Feñipe Senén, "Lo importante no es como comienzan las cosas, sino como terminan".

(Alberto Balbona es alumno de la Uned Senior)
Balbona Naranjo, Alberto
Balbona Naranjo, Alberto


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES