No dejes que te roben el voto

Esta madrugada, mi gente, se repitió el ritual: los líderes pegaron carteles con sus rostros retocados para decirnos que hoy empieza la campaña…

—– ¿Qué campaña?

La que nos convoca a los ciudadanos a las urnas para elegir a sus señorías…

—– ¡Pero sí esa ya empezó el año pasado!

A partir de ahora y durante dos semanas te llenarán los buzones con programas y papeletas, romperán el silencio de tu aldea con sus altavoces, irán a tu casa unos señores a los que no conoces a pedir tu voto; te invitarán a desayunar, a comer y a cenar mientras escuchas los ya repetidos argumentos; te llevarán de la mano a eso que llaman mítines, pondrás la tele y solo los verás a ellos…

Es decir, te agobiarán, tratarán de intoxicarte, intentarán lavarte el cerebro, te mentirán, sonreirán, se repetirán mil veces y te darán una palmadita en la espalda para conseguir tu confianza y… tu preciado voto.

—– ¡Aún no empezó la historia y ya me cansa!

Lo único que yo te pido es lo que me reclamo a mi mismo cuando me afeito:

—– ¡No dejes que te tomen el pelo quienes ya lo hicieron!

Porque eso es lo que intentan, asentar el bipartidismo, que para ello se ponen la piel de cordero.

Es que, verás, estamos rodeados de gente tan ingenua que sigue creyendo al que ya les ha engañado. Por eso no veo claro que estas elecciones sirvan para cambiar España, la de los cuatro y pico millones de parados, la de la gente con hambre, la que fabrica chorizos con pasmosa facilidad, la de los trabajadores mediopensionistas, la de la basura que nos legaron… A ver si me explico, la España en la que nos han metido los que te siguen pidiendo el voto.

Esta es la campaña de la frivolidad en la tele, donde el principal candidato se niega a debatir y no pasa nada, así que imagínate de lo que son capaces si consiguen robarte tu capacidad de distinguir.

—– Si por los bipartidistas fuera… los demás se quemarían en la hoguera, como en los viejos tiempos. Que ya ves tú como silenciaron aquel romántico 15-M…

Dicen algunos expertos que el 20D va a ser como un film de los de Hitchcock, porque todo está en el aire, con el consiguiente peligro inminente de caída para unos, a pesar de las encuestas, y con mucha esperanza para los otros. Yo soy muy de refranes y ya sabes que la esperanza es lo último que se pierde.

—– Claro, lo último que pierden los perdedores.

—– ¿Y quiénes serán los perdedores?

—– ¡Los que tú quieras!

Porque tú decides… siempre y cuando no se apoderen de tu voto.