Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El padrastro Mariano Rajoy

miércoles, 26 de agosto de 2015
Causa asombro la persistencia de la mala valoración que recibe Mariano Rajoy, el premier español, en todas las encuestas, en las que siempre es el peor valorado. Causa estupor. Este gallego alto y corpulento que pertenece al Club del 1.90 es un hombre muy trabajador, curtido en la administracion, que de joven fue muy estudioso y aplicado sacando brillantemente sus oposiciones a Registrador de la Propiedad.

De vida sin estridencias,con mujer discreta y familia sin escandalos, Don Mariano se concede únicamente el gusto por fumarse un puro habano y una copita después de las comidas, un placer menor. Es una persona normal a la que le gusta el fútbol y los deportes, especialmente el ciclismo de la Vuelta, del Giro y del Tour‎ a diferencia de la mayor parte de otros líderes que parecen marcianos que convocan reuniones a la hora en que sus conciudadanos disfrutan de las pasiones futboleras, ni se muestran interesados por los espectaculos, ni la comida, ni las aficiones de Venus. Se convierten en extraterrestres que se concentran en la pasión politica y se separan de sus compatriotas.

Don Mariano el registrador de Santa Pola al ser un hombre totalmente normal, con aficiones compartidas por millones de españoles y al haber heredado de su tierra gallega la predisposición al trabajo duro y a la abnegación debería ser adorado por sus compatriotas. Finalmente un político que es una persona normal y cabal y que es muy trabajador y lo que pueda ser un escándalo para el país de la picaresca, tipica del sur de Europa y de las regiones bañadas por el Mare Nostrum, ese mar cantado por Vicente Blasco Ibáñez, que es honrado!

Es decir Rajoy tiene todos los números para ser tomado como un modelo y ser muy querido por los españoles de todo pelaje, sin embargo este hombre afable, que sabe escuchar, que es sencillo, timido y algo huidizo, que le gusta llamar al pan pan y al vino vino es infravalorado en todas las encuestas. Es algo misterioso. Ni dándose baños a la Mao Tse Tung ni a la Putin, aunque carezca de sus pectorales, ni haciendo footing, ni running, ni montando en bicicleta convence a sus paisanos.

Claro es que ninguna española se vería en una isla del Caribe viviendo una vibrante aventura romántica con el serio y burocrático Don Mariano, mientras que cuando Varufakis visitó el Ministerio de Hacienda de Madrid tuvo que intervenir la policía para impedir que las enardecidas funcionarias no violaran al galán macho alfa griego.‎ Ni puede competir en atractivo con otro miembro del Club del 1.90 el divino Pedro, el hombre de la mochila, que sigue las huellas del televisivo Pena Prieto de Mexico, aunque no tenga a su lado una heroína del culebrón como el líder azteca. Laura, la protagonista de Amar es para siempre podría ayudarle. Está claro que a Don Mariano le falta sex appeal, pero tiene las mejores cualidades del perfecto marido y hombre de familia, incluso es piadoso sin caer en la beateria. Hay algo que no va, un algo para profundo estudio para sicoanalistas argentinos. Un misterio misterioso. Una percepción que lo envía a la lona como un boxeador derrotado y que como no puede alzarse escucha impotente los números que va desgranando el implacable arbitro.

La clave de este desamor es que los españoles no lo ven como un padre, sino como un padrastro y no lo aceptan, comprenden que no es la madrastra malvada de Blancanieves, pero en vulgar paladino no lo tragan, se ha casado en segundas nupcias con una bella y opulenta dama, la España del boom, del todos prósperos y la ha sometido a recortes y estrecheces, le ha bajado los haberes, ha reducido sus vuelos de mujer de tronío en la tierra de Jauja y esto es imperdonable. Don Mariano, el padrastro, está intentado volver a llevar a sus conciudadanos a Disneylandia, a comprarles chuches, a satisfacer sus antojos, pero no le perdonan que haya traicionado a su madre incumpliendo las promesas que le hizo antes de embarcarse para Citerea y casarse como Dios manda. Como los hijos de padres separados que no aceptan a los novios y nuevas parejas de sus madres, que desprecian a ese hombre en camiseta que desayuna con ellos, aunque sepan que no es mal hombre, incluso bueno, pero es el padrastro.

Don Mariano, lo tienes dificil, te va a ser muy duro que los españoles te acepten y te vean como un padre y no como un malquerido padrastro. El amigo Moragas lo tiene muy cuesta arriba. Se necesitaría un Merlín con su varita mágica en préstamo de los caballeros de la Mesa Redonda del Rey.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES