La Desigualdad

Las Naciones Unidas han trazado una agenda para luchar contra la extrema pobreza y mejorar las políticas sociales en cualquier lugar del mundo. Si antes del año 2000 el concepto clave era fomentar el desarrollo en el 2015 la palabra de orden es cómo atajar la creciente desigualdad entre países y personas. En la era digital en que vivimos se ha acelerado y aumentado hasta límites insostenibles la desigualdad.

En la Cumbre del Milenio del año 2000 se acordaron los Objetivos del Milenio para mejorar la condición humana en el mundo. El crecimiento económico empezaba a chocar con los límites medioambientales y se forjó la palabra sostenible, que implicaba mejorar pero sin deteriorar el planeta. Los resultados de estos 15 años fueron satisfactorios en materias de educación y sanidad pero no consiguieron colmar las necesidades de un mundo en constante crecimiento demográfico que desborda los 7 mil millones de habitantes. Es un enorme reto ante el que las Naciones Unidas han convocado otra Cumbre del Milenio para el próximo mes de septiembre. En este camino hacía Nueva York ha tenido mucha importancia la III Cumbre de Financiación para el Desarrollo que ha sido una cita crucial para definir cómo se va a financiar éste ambicioso programa. En Addis Abeba ha habido encendidos debates que a veces se han ido por las ramas y que más parecían pretextos para limitar los recursos que argumentos de peso. Como se sabe, los países donantes desconfían de los países receptores debido a las sospechas de corrupción y de incompetencia. Es lo que ocurre en la Unión Europea con el tema de Grecia. A España le toca desembolsar 10 mil millones de euros para el tercer rescate heleno y es normal que existan cautelas. No digamos nada en un programa mundial en que los recursos tienen que ser fiscalizados sin perjuicio de los recelos nacionales. Lo ideal sería adoptar políticas coordinadas entre donantes y receptores. Los resultados de la reunión de Etiopía no han sido satisfactorios ya que hay países como China y Japón que prefieren tener su propia agenda de expansión económica que se traduce en construcción de infraestructuras y en grandes contratos económicos. La última palabra sin embargo la tendrá la reunión de jefes de Estado que se reunirá en Nueva York denominada Cumbre de Naciones Unidas y que adoptará la nueva Agenda para Desarrollo de los próximos 15 años. En la jerga onusina se la llama Agenda Post 2015 y que establece estrategias de desarrollo para luchar contra la pobreza, la desigualdad y la insostenibilidad durante los próximos 15 años a través de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 Indicadores que sustituirán hasta los ahora vigentes 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio. Dos años de debate y reflexión en el que han participado instituciones gubernamentales, agencias de la ONU, representantes de entidades privadas y de asociaciones de entidad civil.

Lo tremendo del tema es que mientras las reuniones se multiplicaban en medio mundo en el Canal de Sicilia se consumaba una tremenda tragedia en sus bellas aguas. Frágiles embarcaciones en las que los desiguales trataban de alcanzar un refugio para sus vidas amenazadas, guerras olvidadas se llevabanpor delante a milliones de personas, las primaveras árabes dejaban una secuela de gran incertidumbre y de empobrecimiento de las poblaciones.

En Irak y Siria continuaba lo que el Papa Francisco llama la III Guerra Mundial. En países avanzados y prósperos estallaban movimientos de indignación y de revuelta. Catástrofes naturales que sin contar con una organizada coordinación internacional causaban grandes daños y sufrimiento a las poblaciones afectadas. Es decir que mientras los profesionales de las reuniones analizaban los problemas mundiales había otra cara de la moneda frente a la que las Naciones Unidas se veían impotentes. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible plantea entre otras cosas un mundo sin pobreza y hambre que combata las desigualdades dentro y fuera de los países, acabar con las enfermedades y la violencia. Un mundo en que todos los habitantes tengan acceso a educación de calidad, sanidad y protección social y todo éste mundo feliz a la Aldous Huxley se aplicará con criterios de universalidad.

Paz y Cooperación respondiendo a éste reto tiene lista una campaña escolar "Don Quijote o la fuerza de la utopía -Preparando el futuro" para comprometer a estudiantes y profesores en ésta necesaria transformación del mundo para que la palabra desigualdad no se traduzca en hambre, miseria, explotación, tráficos y destrucción del planeta.
Casi nada al aparato.