El verano es la mejor época para las grandes lecturas,en mi caso a orillas de un fiero mar Cantabrico, que ruge sin cesar y que permite estimular las neuronas de esa caja maravillosa que es el cerebro.
En la Feria del Libro de Madrid me proveo de libros y saludo a los autores del momento entre los que está el prolífico y polémico Sánchez Drago, a quien conocí en Praga en la transición invitado a un Festival por la Paz de la entonces Checoeslovaquia y como miembros de una delegación española en la que destacaban Rafael Alberti y Juan Antonio Bardem y como pesos ligeros Luis García Montero y Fernando Sánchez Dragó.
El momento culminante fue un duelo de poetas al último verso entre Alberti y García Montero, dos enormes rapsodas que se enzarzaron en un recital espontáneo en la Plaza Wenceslao de la mágica Praga.
Fernando me recomienda y me dedica un libro que le ha costado dos años y dolores "La canción de Roldan-Crimen y Castigo".
Una estudiante rusa Irina Kutnetsova que me ayuda en mis aventuras en
la lengua de Pushkin se declara entusiasta de Dostoiesvky y de su Crimen y Castigo embarcándome en la relectura de las desventuras de Rodia y ahora Dragó me enfrenta a las fechorías del baturro Roldan y sus quebrantos anímicos, aunque endulzados por su tercera mujer Natasha.
La lectura es de gran actualidad nos lleva a la corrupción en la corte felipista y a la lluvia de escándalos que amargaron los últimos meses de la larga presidencia del sevillano. Sobres y Comisiones por doquier y gran morbo que propiciaron la indignación de la ciudadanía contra el PSOE y el procesamiento y cárcel para dirigentes políticos y desmantalemiento del Ministerio del Interior y la sospecha aun sin resolver de la identidad de míster X.
Caza de brujas y sensación de que los políticos carecen de ética y van a enrocarse en sus privilegios y estos fantasmas han reaparecido con los Bárcenas, las Operaciones Púnicas y Gurtels que atormentan a Rajoy y sus muchachos del PP y en sordina con los ERES andaluces del PSOE.
Es decir el mensaje que nos trasmite Roldán y su enriquecimiento descomunal y su saqueo de los fondos reservados y cuantiosas comisiones de obras y servicios nada menos que desde la dirección de la Guardia Civil. La pregunta atroz que surge es si somos todos Roldán, si somos un país del Sur de Europa plagado de pillos y truhanes, con los italianos somos los reyes de la caza a las subvenciones, que labran y se benefician de la creatividad ajena. Un patio de Monipodio en que florece la mentira y la picaresca, en que el poder se traduce en desmán y en aprovechamiento propio, en que hasta los regeneradores de PODEMOS resucitan y justifican el nepotismo, todo para la familia.
Naturalmente no puede existir una raza de malhechores simpáticos y divertidos, tiene que haber de todo como en botica y es curioso que en esta piel de toro ningún político habla de la picaresca como mal endemico español, asi como la proliferación de personajes disparatados que se creen Mesías y telepredicadores para un pueblo sin ética que desea enriquecerse como sea y escurrir el bulto como han intentado los amigos griegos apoyando masivamente a un partido que les prometía olvidar sus deudas y seguir viviendo del cuento.
Roldán sufre su castigo y levanta un dedo acusador, pero se siente desánimo al comprobar que su crimen y castigo no ha servido para erradicar la corrupcion, cambian las personas y las circunstancias pero todo sigue igual, los roldanes proliferan y no se ve un fin a esta escala de desvergüenza. La pregunta dramática que nos plantea este libro es si tenemos remedio, si podrá nacer alguna vez un homo hispanicus libre de polvo y paja. El Cantábrico sigue rugiendo mientras los leones de las Cortes se relamen y preparan sus fauces para devorar a sus presas. Llegara el día en que se les pueda sustituir por pacíficos corderos?
(Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación).
