El verano es la época del año en la que debes otorgar mayor importancia a la nutrición y la hidratación de tu organismo. Comer y beber de manera adecuada serán tus dos mejores aliados para disfrutar de la estación más calurosa de las cuatro que conforman el calendario. Este decálogo de Alejandra Soto, miembro de Saluspot y dietista-nutricionista en Clínica Cubela, te ayudará a conseguirlo.
1. Toma frutas y verduras de temporada
Con la llegada del calor, la alimentación cambia con respecto a meses anteriores. Escoge alimentos crudos y preferiblemente de temporada, como frutas y verduras en ensalada, ya que hidratan mejor y su digestión es menos pesada. Esta ingesta te ayudará a combatir de una manera más eficiente las altas temperaturas.
2. Huye de los atracones
Es aconsejable no abusar de comidas copiosas porque su digestión conlleva un mayor gasto energético y aumenta nuestra temperatura corporal. Esta recomendación se convierte en prioritaria durante el verano.
3. Desconfía de las dietas de adelgazamiento rápidas
Ante la llegada del calor, son muy habituales las ganas de perder los kilos de más de forma rápida. Cada año se ponen de moda las conocidas como dietas milagro que llevan aparejados problemas nutricionales y, en la mayoría de los casos, el temido efecto rebote.
4. Distribuye porciones a lo largo del día
Lo ideal es comer pequeñas cantidades durante todo el día, así evitarás las largas y pesadas digestiones. Presta especial atención a las reuniones familiares a pie de playa en las que el exceso de comida prolonga los tiempos de espera para el baño.
5. Piensa bien lo que comes fuera de casa
Es difícil resistirse al placer de comer en una terraza al aire libre. La costumbre de salir de tapas otorga demasiado protagonismo a los alimentos fritos y dificulta calcular la cantidad total de comida ingerida. Para evitarlo, escoge las raciones menos calóricas de la carta y no te dejes llevar por el impulso de probarlo todo.
6. Evita la comida rápida
Como los días tienen más horas de luz, querrás exprimirlos al máximo, pero organízate para no recurrir siempre a comida preparada o lista para llevar. Existen infinidad de recetas idóneas para una alimentación variada, atractiva y que no te exijan demasiado tiempo en la cocina. Las ensaladas de pasta o de arroz son ideales.
7. Conserva los alimentos que necesitan frío
Debes tener especial cuidado con los alimentos que requieren refrigeración para mantenerlos en perfecto estado. Si rompes la cadena de frío, te expondrás a la proliferación de bacterias y a sufrir intoxicaciones. Las mayonesas, el huevo y sus derivados son alimentos con los que hay que extremar la precaución.
8. Bebe mucha agua
Es la recomendación estrella. Aunque la alimentación te dé un buen aporte hídrico, debes beber más cantidad de agua que en otras épocas. La sed puede aparecer cuando ya estás en fase de deshidratación, por lo que se aconseja ir bebiendo pequeñas cantidades de agua durante toda la jornada. En casos de calor extremo puedes recurrir a bebidas isotónicas para evitar la pérdida de sales minerales mediante la sudoración.
9. Cuidado con el alcohol
Aunque una cerveza fría parece la solución ideal para sofocar el calor, el alcohol produce el efecto contrario. Su ingesta aumenta la deshidratación, sobre todo cuando se consume en grandes cantidades. Existen otras soluciones como los granizados, los zumos o los combinados sin alcohol que también nos pueden reportar sensaciones placenteras.
10. Ofrece melón y sandía a los niños
Los niños necesitan una especial atención ante el calor y el riesgo de deshidratación ya que en edades tempranas su temperatura corporal es mayor que la de los adultos. Ten siempre a mano agua y ofrécesela aunque no la pida. Evita los refrescos y fomenta el consumo de frutas de temporada como el melón y la sandía.
Por Dña. Alejandra Soto, miembro de
Saluspot y dietista-nutricionista en Clínica Cubela.
