¡Kakistócratas, al poder!
viernes, 26 de junio de 2015
Este martes, casi una semana después de que abandonara su cargo Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz con las mayores mayorías absolutas de toda España durante cuatro legislaturas, un grupo de podemitas, ahora en el ayuntamiento, la quemaron en efigie en la Plaza de la Catedral.
En Madrid siete podemitas entraban en una iglesia católica a increpar a los fieles, como la nueva portavoz municipal, Rita Maestre, imputada por el asalto en 2011 a una capilla en la universidad Complutense al grito de Arderéis, como en el 36.
En varios lugares de España donde los podemitas o los independentistas obtuvieron las alcaldías sumando minorías, también se acosó a no izquierdistas y a concejales de partidos como Ciudadanos.
En Madrid pedían frente a Cibeles horca y guillotina para Begoña Villacís, de Cs, tras la toma de posesión de Manuela Carmena como alcaldesa impulsada por Podemos.
Son conductas que expresan odio hacia quien piensa de manera diferente y deseo de una revancha de la guerra civil contra el centro y la derecha, a las que llaman franquistas y fascistas.
Pero ese odio no se debe al revanchismo de los perdedores de esa guerra 1936-1939, porque al menos la mitad de los odiadores desciende de franquistas, derechistas o fascistas.
El verdadero origen está en frustraciones personales primarias: por ejemplo, el alcalde y los concejales podemitas de Cádiz son casos de vidas improductivas durante bastantes años.
El alcalde fue profesor poco tiempo y lleva más de un lustro sin trabajar, dos años de baja y varios de liberado sindical.
El resto son, por lo general, agitadores sociales, algunos sin oficio ni beneficio.
Y esto sí que es la desastrosa vuelta al poder de la kakistocracia, que es el régimen de los peores y mayores inútiles.
Molares do Val, Manuel
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