Precio social del populismo

La alcaldable de Ahora Madrid propuesta por Podemos, Manuela Carmena, asegura que las cárceles españolas solo deberían albergar el seis por ciento de los presos actuales, 3.901 de los 65.017 censados actualmente.

En prisión estarían sólo los asesinos y los autores de otros delitos gravísimos; el resto de los delincuentes estarían libres para acosar a los ciudadanos y poner en peligro sus bienes, si no su vida.

Con el añadido de que si esos ciudadanos protestaran serían acusados de fascistas por el pseudoprogresismo de la corrección política, como denuncia el gran pensador estadounidense Thomas Sowell.

Considerado como continuador del filósofo francés Jean-François Revel, Sowell, de 85 años, negro descendiente de esclavos, denuncia que la corrección política aplicada a la la delincuencia en los guetos negros está facilitando su involución hacia un tribalismo violento.

Su análisis sobre los recientes conflictos de Baltimore (Maryland) por la muerte de un joven delincuente negro, presuntamente maltratado por seis policías, señala que los medios informativos dominados por blancos políticamente correctos trataron de ocultar que tres de esos agentes también eran negros.

El conflicto se ha vuelto racial porque la alcaldesa y la fiscal del Estado, ambas negras, lo presentaron así para ganar a los votantes de los guetos, donde se han creado formas de vida y de cultura salvajes, dominadas por las drogas y la delincuencia.

Ahora la policía, acusada de racismo, está intimidada. En este mayo, señala Sowell, en Baltimore ha habido más del doble de asesinatos que en el mayo del año pasado; y más que en cualquier mayo en los últimos 15 años, mientras que el número de arrestos se ha reducido en más de un 50 por ciento.

Allí, como quieren Carmena y Podemos aquí, los delincuentes, y no sólo el marqués de Leguineche, el de “Todos a la cárcel” de Berlanga, con toda su cuadrilla de corruptos, pues eso, todos a la calle.