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Genealogía de la familia Bolaño Ribadeneyra (I)

viernes, 29 de mayo de 2015
Genealogía de la Familia Bolaño Ribadeneyra. Señores de Torés
Genealogía de la familia Bolaño Ribadeneyra (I)
El nombre de Torés, parece que por derivación puede proceder del latín turre, “torre, fortaleza” o quizás alguna mansión de origen romano, acerca de ello Manuel Vázquez Seijas, en el tomo I primero de “Fortalezas de Lugo y su Provincia, paginas 149-155 hace una amplia referencia; además a poca distancia del lugar queda bastante bien conservado un yacimiento arqueológico de origen castrexo, llamado “O Castro” a una altitud de 846 m que a pesar de estar dedicado a prado y antaño a terreno de cultivo no sufrió desbastadoras actuaciones.

Indudablemente que el castillo de Torés no es de origen romano ni nada por el estilo, pero si pudiera ser cierto que donde fue construido hubiese alguna “castella” o torre defensiva muy anterior, o por lo menos de la Alta Edad Media, de ello no tenemos referencias documentales que nos hablen de una fortaleza como tal no obstante es cierto que varios autores hacen mención acerca de los señores de Torés, ejemplo de ello es el P. Fray Jerónimo Pardo, en su obra “Historia del Apóstol Santiago”, donde menciona que es un linaje muy antiguo y muy noble, con anterioridad algo semejante hicieron otros autores, entre ellos el Rdo. D. Servando, Obispo de Ourense, que regentaba la Diócesis orensana halla por el año 755; también el Rdo. D. Pedro Seguino, obispo de la misma Diócesis, o el malagueño Bartolomé Sagrario Molina, canónigo de Mondoñedo que en el año 1550 publicó su obra “Descripción del reino de Galicia. Y las cosas más notables de él”, al referirse a los antiguos solares da comienzo por los Ribadeneira en estos términos: “Comienço de aquefte/ mi via y jornada por fer fu blason/ de cruz y veneras que parefciendo/ en el campo de veras fue luego la muerte/ de tres atojada por efto verys/ a la cruz abraçada aquella donzella/ que fue noble virgen por quien la memoría/ la fama y origen de riba de neyras/ no fue demoftrada”, “los Ribadeneira proceden de un infante gallego que dizen que fue hermano de la reyna loba: el qual teniendo prefos a dos difcipulos del apoftol que andaván predicando la fe de Jefu chrifto, porque efte infante era gentil, y vna donzella apiadandofe de los prefos los vifitava fiempre, y vna vez los vio en la prifion eftar e avría divina claridad, por lo qual fe convertio luego y fe fue para el infante que era ciego, y le dixo que fi queria aver luz en fus ojos, que fe fueffe a la prifion de eftavan aquellos benditos hombres, y luego veria, y el infante ayrado de aquello la faco martyrizar con los dos difcipulos. Y eftando en el campo del martyrio, le aparefcio en el ayre una cruz colorada con cinco veneras: por lo qual fe convertio luego el infante, y fe cafo con efta donzella de los quales vienen los ribadeyras: lo qual fue a las riberas de un río, Neira, y de aquí toman el nombre de Ribadeneyras. y traen por armas aquella cruz con fus cinco veneras: y una donzella”. Aquí vemos que da comienzo con este linaje y afirman que su origen viene de Lobo Leberio, hijo de Loberio Rivano y la señora Lupa, Régulos romanos de Galicia. Otros autores referencian que los Ribadeneira son antiguos descendientes de Lobo Loberio, que procedía de una familia del orden senatorial, señor del castillo Lupario, cercano a Iria, a quien Augosto nombró Régulo de otra parte de Galicia, teniendo al menos un hijo llamado Loberio Rivano, quien contrajo matrimonio con Caya Valeria, hija de Caya Lobia y de Puctonio, dueño de la fortaleza de Forminco, dice la leyenda que un día salió de su palacio que tenía cerca de la ría de Vigo, a dar un paseo a caballo, observo una nave con los restos mortales del Apóstol Santiago y un resplandor en el cielo en forma de cruz, metiéndose el caballo en el mar, entre las olas, con algunas conchas puestas en el vestido, a cuyo hecho extraordinario alude el blasón de este linaje que es. En campo de sinople, una cruz de gules perfilada de oro con cinco veneras del mismo metal, y en punta, fajas ondeadas de azur y plata, con tres peces y la siguiente divisa: las armas de mi blasón en quien fío muy de veras por merced del cielo son la cruz con cinco veneras.

Amplia referencia hace el Sr. Vázquez Seijas de las leyendas y datos tomados de autores clásicos, entre ellos san Antonio, Arzobispo de Florencia, el maestro Juan Velos, Guillermo Durando, Flavio, Mauro Castellá, Fray Diego de Ojeda, o el mismo canónigo de Mondoñedo Bartolomé Molina, en toda esta amplia bibliografía y también su buena parte de leyenda viene a relucir el traslado de los restos mortales de Santiago y la reina Lupa, que después de tan grandes prodigios decidió convertirse al catolicismo dando al Apóstol sus palacios y mansiones en que vivía, para retirarse a las tranquilas tierras de Torés, donde levantó un castillo con sus murallas, poniendo por nombre, en memoria de los bravos toros que se volvieron mansos por divina providencia al trasladar el cuerpo del patrón de España, Torés.

Son varios los autores que nos hablan de la resistencia que el señor de Torés Diego Bolaño que hizo en defensa de la ciudad de Lugo y su iglesia, de ello hay constancia en varias bulas y concesiones de gracias con los Pontífices honraron a él y a su casa, quizás la bula más esclarecedora al respecto sea la dada por Constantino I, fechada en 15 de diciembre del año 714, confirmada por los papas Gregorio II y Gregorio III. Pues en recuerdo de aquel asedio queda el blasón que lleva por divisas el bolo y año, surgiendo hasta la fecha el noble y honroso linaje de los Bolaños, que no pasó por alto Sagrario Molina, que nos dice: “También en Galicia veries los Caamaños/ Notorios hidalgos y buenos solares/ Hay otros antiguos que son Aguilares/ que ya de muy lejos se pierde los años/ Con éstos se abrazan los viejos Bolaños”.

Indudablemente que la casa y señorío de Torés, tuvo siempre gran poder y vasallaje, se dice de más de 1.300 caballos, lo cual a todas luces me parece sumamente exagerado, teniendo en cuenta las feligresías que formaban dicha jurisdicción, él numero de vecinos y sus escasos recursos; lo que sí es cierto que dicho linaje dio insignes caballeros de las Ordenes de Santiago, Calatrava y San Juan. El rey de Armas y eminente heráldista Julio de Atienza, en su “Diccionario Nobiliario Español” dice al respecto: “Bolaños, (apellido) gallego, derivado del de Rivadeneyra. De la provincia de Lugo. D. Francisco de Bolaño Rivadeneyra natural de Torés ingresó en la Orden de Santiago en 1622. D. Alonso de Bolaño Becerra, vecino de Valdunquillo, probó su nobleza en la Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid en 1527"; a la escueta relación del Sr. Antienza es necesario sumar la amplia relación del ilustre Chairego de Castro de Rei, Alfredo Basanta de la Riva, que fue director del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, autor de varias obras de investigación histórica entre ellas los cuatro volúmenes titulados “Sala de los Hijosdalgo. Catálogo de todos sus pleitos, expedientes y probanzas” en ellas referencia a D. Antonio Bolaño, de san Pedro Félix de Solveira, en la jurisdicción de Ginzo de Limia, año 1817; D. Manuel Bolaño, del lugar de Cerdedo, feligresía de Santiago de Cousa, en la jurisdicción de Rairiz da Veiga, en la provincia de Ourense; D. Tomás Bolaño, este también vecino de san Pedro Félix de Solveiras, en 1817; D. Jerónimo Bolaño Osorio, de la feligresía de Santiago de Adelán, ayuntamiento de Alfoz, en la provincia de Lugo, en 1751”.

En la obra de Vázquez Seijas, aparecen muchos otros ilustres hijos de esta casa, entre ellos Fray Fernán Díaz de Bolaño, que en tiempos del Emperador Alfonso VII, desempeñaba el cargo de Comendador de Cillero; Fray Diego de Ribadeneira, Comendador de Herrera y Alférez de la Orden; Fray Pérez de Bolaño, Comendador de Alhange, hacía el año 1366; Fray Juan Díaz de Bolaño, Comendador de Bensaín, durante el reinado de Juan I; Fray Diego Pérez de Ribadeneira, Comendador de Mayorga (1457); Fray Pedro Fernández de Ribadeneira, Comendador de Lobón (1474). El rey Alfonso XI (1313), parece ser que al día siguiente de su coronación, armó a trece caballeros, entre ellos a Juan Fernández de Bolaño.
López Pombo, Luis
López Pombo, Luis


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