El apartheid por edad

José Luis Rodríguez Zapatero impulso en España la Ley de Memoria Historica, aun vigente, que pretendía resarcir simbólicamente a los que perdieron la guerra civil y que pudo interpretarse cómo una Ley de Venganza Historica. Se sacaban los trapos sucios, se removian las tierras del horror de España para dar una digna sepultura a los asesinados en la contienda civil. Se enfrentaban de nuevo las dos Espanas que glosó Antonio Machado. Se removian viejas rencillas en pos de una justicia retrospectiva. Se quitaron nombres de calles. Se eliminaron monolitos, lapidas y simbolos.

Como contrapartida se ensalzó a la República, se magnificaron sus logros y se olvidaron sus quemas de iglesias y sus ajustes de cuentas sangrientos. Como meta final se trataba de acabar con el Valle de los Caídos y remover a Franco y José Antonio de sus tumbas. El divino Pedro, el hombre de la mochila no se ha pronunciado sobre esta Ley de Memoria Historica.

La gran novedad del momento político de esta campaña electoral lo ha protagonizado el mesurado joven político barcelones Albert Rivera, el hombre del cambio sensato, que postula olvidar de raíz a las dos Espanas y legitimar cómo regeneradores y forjadores de una nueva España renovada solamente a los nacidos en democracia, es decir después de 1978, entrada en vigor de nuestra Constitución.

Me imagino que si algún día participa en el gobierno defenderá una Ley de Olvido Histórico y otra de Rejuvenecimiento Obligatorio o como escribe ABC de "Febocracia". Es decir, instalar un apartheid por edad.

No han faltado reacciones y protestas incluso virulentas del Colegio Cardenalicio de la Sacra Romana Iglesia Católica y del mismo Papa "che, este boludo nos quiere jubilar a todos". Parecía que con Zapatero se había terminado el tiempo de las ocurrencias, pero se ve que es un mal endemico, una enfermedad contagiosa. Las residencias de ancianos venidas a menos en la era de los recortes se frotan las manos ante la llegada masiva de deshechos humanos, de vejestorios de más de sesenta años que la sociedad enviará inmisericorde a una reclusión y final asistido.

Koffi Anan, que en la cumbre sobre el envejecimiento de las Naciones Unidas celebrada en Madrid nos explicó que en África cuando se muere un anciano se cierra para siempre una biblioteca de saberes y experiencias, ha enviado un mensaje a Ban Kimoon urgiendole a revisar la política de mayores de la ONU y proponer el nombramiento de Rivera cómo Comisario Extraordinario para el Rejuvenecimiento de la Política Mundial y remoción de todos los no nacidos en democracia. China ya ha denunciado que esto supondría un genocidio para su poblacion. El cambio sensato de Rivera de jóvenes llenos de másteres y de todas las digitalizaciones que en el mundo han sido se ven hoy más ufanos y miran a los cuarentones con desconfianza y a partir de esa edad como sujetos patéticos e inservibles.

Espana no tiene remedio. Hasta el más sensato tiene sus horas bajas y sus momentos de delirio senil, aunque quienes lo padezcan sean jovenes.