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El problema de la vivienda

viernes, 08 de mayo de 2015
El problema del elevado coste de la vivienda en España, sobre todo en las grandes ciudades, es especialmente grave porque ello implica que los trabajadores tengan que dedicar la mayor parte de su salario al alquiler o compra de la vivienda, un bien de primera necesidad, con lo cual los salarios siempre serán insuficientes.

Todo empezó con la Ley del Suelo aprobada en 1998 que permitía construir a diestro y siniestro, porque decretaba que, salvo prohibición expresa, todo el territorio era urbanizable. Con ello se pensaba que el precio de la vivienda iba a bajar y ocurrió justo lo contrario, ya que la gente se dedicó a invertir en vivienda porque era un bien que se revalorizaba continuamente. Por ello, se vendía todo lo que se construía. Los ayuntamientos recalificaban terrenos sin parar y surgió una legión de emprendedores, es decir, especuladores del suelo y promotores inmobiliarios, que se hicieron de oro. Madrid se convirtió en la capital europea de la especulación del suelo, y nos vendieron todo como un milagro económico, cuyo artífice principal era el ministro Rodrigo Rato, un milagro ficticio que luego con el tiempo se vio que no era tal milagro sino el principio de una burbuja inmobiliaria y un artífice que ya sabemos cómo acabó. Por otra parte, el Gobierno gris de Zapatero no fue capaz de parar la burbuja inmobiliaria que continuó creciendo y creciendo y al final terminó estallando y afectando a toda la economía.

En el mundo de la promoción inmobiliaria, los principales responsables de la “burbuja” han sido los especuladores del suelo. En las grandes ciudades la lacra de la especulación del suelo ha creado una situación en la que el comprador de una vivienda se pasa 20 ó 30 años de su vida pagándola, por la plusvalía creada por dicha especulación, sin que le quede dinero para nada. Además, en muchos matrimonios al tener que trabajar los dos para pagar la vivienda esto les dificulta tener hijos, lo que indirectamente contribuye al envejecimiento de la población. Y qué decir de los alquileres: Es absolutamente inmoral que una persona gane al mes ochocientos euros y el alquiler de una vivienda del tres al cuarto, en un barrio obrero, le cueste seiscientos euros al mes. Por lo tanto, el problema no sólo afectó de forma individual a las personas que se arruinan económicamente durante veinte años pagando su vivienda o incluso son desahuciadas, sino que también provocó daños irreparables para el resto de la actividad económica del país, porque esas personas no pueden adquirir otros productos.

Todo ello fue especialmente grave en España, donde los sueldos son la mitad que en Alemania o en Dinamarca, por ejemplo (sólo Portugal y Grecia tienen salarios más bajos), y hubo el mayor encarecimiento de los precios de la vivienda entre los 13 países más desarrollados del mundo en el período comprendido entre 1980 y 2001, según un estudio comparativo realizado por “The Economist”. Más concretamente, según un informe de TecniTasa, una familia española necesitaba el sueldo anual de todos sus miembros para comprar diez metros cuadrados de casa.

Según decía Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, en su artículo "El suicidio económico de Europa" publicado en El País el 22 de abril de 2012: "España no era derrochadora desde un punto de vista fiscal; en los albores de la crisis tenía una deuda baja y superávit presupuestario. Desgraciadamente, también tenía una enorme burbuja inmobiliaria, que fue posible en gran medida gracias a los grandes préstamos de los bancos alemanes a sus homólogos españoles. Cuando la burbuja estalló, la economía española fue abandonada a su suerte”.

Es curioso ver como los bancos españoles prestaron dinero que no tenían, porque antes se lo habían prestado a ellos los bancos alemanes. Pero la gente se ha endeudado tanto, no sólo porque los bancos concedían créditos con mucha facilidad, sino porque no les quedaba otro remedio, debido al elevado precio de las viviendas como consecuencia de la especulación del suelo y la “burbuja inmobiliaria” ¿Qué otra cosa podían hacer? Esa es la raíz del problema.

También, es significativa la relación de los presidentes de equipos de futbol con la especulación del suelo, como aquel que vendió dos veces los mismos terrenos. Y no hay que olvidarse del papel desempeñado por los ayuntamientos que se beneficiaban con las recalificaciones del suelo.

En definitiva, con las plusvalías generadas por el incremento artificial de los precios del suelo y de la vivienda, se han enriquecido unos pocos especuladores, sin crear ninguna riqueza, y se han empobrecido muchos ciudadanos, porque siempre que alguien se enriquece a costa de otros sin trabajar, alguien se empobrece incluso trabajando.

Por todo ello, habría que eliminar definitivamente los restos de la burbuja inmobiliaria y de la especulación del suelo, para solucionar el problema de los elevados precios de la vivienda que provocan que la gente no pueda consumir otros productos porque ya no le queda dinero para ello, y que dio lugar a un estúpido modelo económico en el que invertir en viviendas era un negocio porque cada vez valían más.

Ante el renovado escenario político que se presenta de cara a las próximas elecciones generales, esperemos que el gobierno que salga elegido resuelva de una vez por todas el problema de la vivienda en España, creando si es preciso un ministerio de la Vivienda para coordinar la construcción de Viviendas de Protección Oficial de promoción pública en suelo público, a precios asequibles. Es preciso advertir que cualquier solución que no suponga una rebaja sustancial del coste de la vivienda no serviría absolutamente para nada.
Paz Palmeiro, Antonio
Paz Palmeiro, Antonio


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