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Los siniestros aéreos reafirman el miedo a volar

viernes, 03 de abril de 2015
Las catástrofes aéreas como la sucedida el pasado 24 de marzo en los Alpes franceses pueden provocar miedo a volar entre la población o reforzar las fobias ya existentes. Francisco Miguel Cerén Gómez, miembro de Saluspot y psicólogo clínico en Vínculos: Orientación y Psicoterapia, explica en esta entrevista por qué surge el miedo a volar, cómo puede superarse y qué trucos debemos poner en práctica antes de llegar al aeropuerto y cuando ya estamos subidos al avión. Hablar con la tripulación sobre nuestra fobia es un buen consejo.

¿Por qué volar puede darnos miedo?
Desde mi perspectiva profesional, lo que ocasiona el miedo a volar es la ansiedad y un patrón de control y miedo interiorizado. Las personas con estos elementos son las que desarrollan fácilmente fobias. Además, encontramos personas que han sufrido un episodio de carácter estresante o incluso traumático al volar o en una situación similar.

¿Qué se activa en nuestro cerebro?
Una vez desarrollada la fobia, ante una situación de vuelo se dispara la ansiedad y se activan nuestras ideas obsesivas de falta de control, de que algo va a suceder. Se activa un mecanismo que tiene en parte un funcionamiento irracional, de forma que trata de controlar una situación que no se está produciendo, que es irreal o que no es controlable.

¿Cómo se exterioriza el miedo a volar?
El cuadro puede ser variado: taquicardias, sudoración y contracción muscular. Se pueden producir mareos y sensación de fatiga, acompañada de vómitos.

¿El miedo a volar puede aparecer de forma repentina?
Sí. Hay dos explicaciones: la primera se da cuando un pequeño suceso estresante al volar (como tener que permanecer en el avión antes de despegar un tiempo de espera imprevisto, una irregularidad al aterrizar que provocó miedo, etc.) dispare esta fobia ante la objetiva falta de control. La segunda explicación, más profunda, es que tal vez en nuestra historia previa hay elementos traumatizantes o ansiógenos que no se han resuelto y que se “precipitan” en situaciones de estrés, contribuyendo al desarrollo de un trastorno de ansiedad o una fobia.

¿Cómo influyen los siniestros aéreos?
Pueden reafirmar los temores. Un accidente es un elemento de estrés general para la población que sensibiliza ante el hecho de volar. En personas con fobia a volar, contribuye a exacerbar ese miedo y a darle “alimento” con nuevas obsesiones y miedos. Todo accidente reafirma la fobia puesto que es la constatación de que algo (obviamente) puede pasar.

¿Es recomendable volar para enfrentarse a esos miedos?
Habría que tener en cuenta dos elementos: el grado de fobia de la persona, y su personalidad y su historia. Para superar el miedo a volar no es necesario enfrentarse directamente a ese temor. En la desensibilización sistemática, por ejemplo, habría que seguir una serie de pasos previos para preparar al paciente para afrontar su fobia y entrenar su capacidad de responder adecuadamente a los síntomas que padece.

¿En qué consiste una terapia para superar el miedo a volar?
Depende de cada caso, aunque en general todas orbitarán sobre el hecho de “exponer” a la persona a ese miedo de alguna forma y desde ahí enseñarle o crearle una respuesta condicionada más adaptativa que le permita afrontar la situación. Una terapia muy efectiva para esta fobia es la EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares), que permite afrontar las imágenes y los miedos más duros y lograr una desensibilización bastante potente. Funciona debido a su potencia visual y a la exposición en un lugar seguro, puesto que se practica todo en consulta y bajo el control del psicoterapeuta.

¿Qué consejos podemos seguir para mantener la calma antes y durante el vuelo?
Si es necesario que la persona vuele, recomendaría algún tipo de terapia. Además, es aconsejable hacer ejercicios de relajación antes de salir de casa, llegar con tiempo suficiente al aeropuerto, no ir con prisa y mantenerse lo más tranquilo posible. Puede ayudar visualizar un vuelo agradable, tranquilo y sin ninguna incidencia. Es recomendable que una persona con miedo a volar escoja un asiento de pasillo o cercano a la salida de emergencia, ya que le dará mayor sensación de control. Conviene ir al servicio antes de subir al avión. Otra ayuda es intercambiar unas frases o una pequeña conversación con un miembro de la tripulación en la que incluso se puede hablar de ese miedo a volar. A muchas personas les ayudarán unos buenos auriculares que les aíslen del ruido y oír una música relajante y familiar.

Francisco Miguel Cerén Gómez, miembro de Saluspot y psicólogo clínico en Vínculos: Orientación y Psicoterapia.
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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