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Una semana a lo grande

sábado, 28 de marzo de 2015
Si te apetece darle rienda suelta a tu pasión la semana que viene te espera Galicia. Ya tienes abiertas las puertas de par en par: la de la Catedral compostelana, la de las tradiciones y la de los sumos placeres. Así que… ven y disfruta de todo cuanto esta Tierra te ofrece.

Te invito a contemplar la montaña, el valle y el mar a un mismo tiempo, y a disfrutar de un paraíso arcoiris…
Con historia en el propio monte de nuestro origen, el de la cumbre redonda, el de los castros y el dolmen. Con pan de verso en el valle donde se asienta la aldea, la estancia feliz. Con dos bravos mares que embisten la costa con artística insistencia y descansan sobre los espejos de quince rías…
Goza de la belleza y de los sabores…
Siguiendo las sendas peregrinas o las que conducen al bosque de los misterios ocultos. Déjate llevar por las horas que mueren cuando la tarde se muere y vive el momento de las noches interminables allá donde vayas…
Vacía tu mente y apaga tu sed en este país de paz.

CAMINOS
Dante Alighieri siempre soñó con caminar a Galicia para venerar a “Il Barone”. Escribió desde Roma: “no se entiende por peregrino sino aquel que va a la tumba de Santiago o vuelve”.
El de Dante es solo un ejemplo de los miles de sueños que están escritos en el Cielo con “guirnaldas de verdes luceros”, como describió García Lorca.
En el Camino de Compostela confluyen la espiral mística… la leyenda del grandioso Parsifal… la aventura de los Caballeros del rojo lagarto en la capa blanca… los pasos de don Gayferos de Mormaltán… la fábula artúrica… La leyenda, la alquimia, la magia, los espíritus…

MONTAÑAS
En los días de Abril, cuando la primavera posa margaritas sobre el campo yermo, los ríos hacen reverdecer la piel de la montaña, el Courel de las altas cumbres y valles profundos que he elegido para tu santa semana.
Es un trozo de mundo vibrante. Aquí, donde el tiempo parece no existir y las aldeas brotan de la tierra como pequeños cúmulos de setas, la naturaleza encierra un universo de fauna y flora único; y unas formas tradicionales de vida que se han mantenido casi inalteradas desde hace siglos.
O Courel está lleno de prados y de regatos de aguas limpias que el sol suave llena de caricias. Posee hermosas devesas y soutos de centenarios castaños. Es un trozo de tierra silenciosa que, curiosamente, preside un pico al que llaman Pía Paxáro. Y en las pocas aldeas que aparecen enraizadas en las laderas, los gallos cantan una nueva alborada porque nuevas gentes han venido a habitarlas.

Además, sigue siendo la tierra mágica de la aldea de Parada, la de Novoneyra, el poeta que nos enseñó a interpretar el lenguaje de la sierra, contemplando desde la vieja casa como transcurre la vida feliz en la gran montaña.

RIBEIRAS
En la Ribeira la sagrada belleza se refleja en los espejos de sus ríos. El Miño baja lento y ancho. Desconocedor aún de su rumbo atlántico, da vueltas por la calma de las tierras donde se esconde el arte románico. Al Miño le salen al paso monasterios, prioratos y capillas a las que debe su sagrada fama. Y desde sus ribeiras también lo saludan, primaverales, las cepas de los blancos y de los tintos que plantaron guerreros y monjes.
La sagrada belleza está enmarcada en un paisaje de agua y de amieiros… de rocas multiformes y de espejos donde nadan los avellanos. El Sil es también un dulce mar en calma, que provoca la atmósfera húmeda que fertiliza la tierra. Es el río del oro. Del oro que arrastraba desde las minas de Valdeorras hasta que los romanos desviaron su curso en Montefurado.
De pequeño, en Cudeiro, mi abuela me enseñó un antiguo refrán: “El Miño lleva la fama pero es el Sil quien lleva el agua”.

RÍOS
Pero, ya sabes mi amigo, este es el país de los mil ríos de plata nacidos todos para recomponer en sus orillas el relato de la primavera en ese lugar fulgurante donde los rayos del sol atraviesan la lluvia, creando el arco iris. Porque el río, cualquiera de los mil, es el gran creador del paisaje de la calma y el sosiego, el paraíso del buscador de lo auténtico.
Es lo que hace el pescador que mueve su caña para procurar en las aguas cristalinas de los rápidos, la trucha o el salmón; o el marinero de aguas mansas que busca el sabor de los sabores, allá en el estuario magnífico a donde llegan angulas y lampreas.
Los ríos de Galicia poseen sabores únicos. Mientras la primavera duerme, podrás disfrutarlos en la casa de la abuela con manos de santa para preparar manjares de dioses.

LAGOS
La cultura húmeda hizo posible la tierra habitada porque genera el espacio de vida. Ya ves que abundan los paisajes de agua, pero son especialmente hermosos los que crean los lagos, la gran fantasía de la perspectiva interior o de costa.
Algunos nacen del misterio y otros esconden leyendas. Crece en sus orillas una peculiar flora con especies como el nenúfar que ha de florecer cuando la primavera deje paso al verano. Y cantan aves su canto inacabado para despertar a algún pez despistado e incluso a alguna ardilla del bosque próximo.
En este lago al que te traigo permanece sumergida una legendaria ciudad. Está al pié del mítico Monte Louro, le llaman a Lagoa das Xarfas y es principio y fin de la Costa de la Muerte. Esta es la gran fantasía de Muros, que también es ría.

RÍAS
Para tu santa semana puedes elegir también entre quince rías bonitas: las Baixas, las Altas y las de A Mariña, hermosas y diferentes. Confluyen en medio de su perspectiva espléndida, bellos puertos a los que llegan marineros de la vieja estirpe gallega con los más sabrosos frutos de estas aguas. Mariscos y pescados que siempre dieron fama a una gastronomía de lujo. Así que, goza de los manjares de la ría, no te prives; y al mismo tiempo contempla esa luz mágica que compite con el sol, en los atardeceres de olas de fuego, mientras se prepara para la fiesta que persigue la alborada…
Esa es la hora en la que despierta la Galicia tradicional, donde la gente no sabe muy bien donde comienza la fe y en qué lugar se oculta el pecado. Porque aquí tenemos horas meigas y horas para curar el meigallo… Así es esta atmósfera salada.

MARES
El Atlántico deposita suavemente su azul sobre los azules de la gran playa del surf de primavera mientras al Cantábrico le crecen agujas cuando interrumpe la playa bonita. El océano manda repetidas olas para besar, con ternura, la arena blanca; y el mar repite cantos, también de ola, bajo los arcos de medio punto de sus catedrales.
Océano y mar confluyen en medio del espléndido paisaje, bajo la misma bóveda del cielo gris de este invierno. Lo hacen allí donde los marineros de la estirpe marinera de Cariño, buscan el mejor pescado…
Solo a ellos, les está permitido alcanzar el éxtasis de la aventura de navegar por el mar de Os Farallóns… el lugar estratégico donde se funden los dos mares.

…Y FÉ
Al margen de los rezos peregrinos o viajeros en la Catedral del Apóstol, dos ciudades gallegas viven la tradición religiosa con especial pasión. Son Ferrol y Viveiro.

En Ferrol nacieron muchos artistas imagineros que han reconvertido en arte la talla en madera, de ahí los impresionantes pasos que miman varias cofradías y que puedes admirar en procesiones de gran raigambre.

En Viveiro el paisaje de mar es testigo de la pasión con la que sus gentes viven la Semana Santa, un tiempo para rezar pero también para disfrutar de la cultura, la naturaleza y la gastronomía, que son los tres motivos por los que miles de personas acuden cada año, por estas fechas, a la capital de A Mariña.

REPOSO
También tu tendrás que descansar al séptimo día y para ello nada mejor que elijas un pazo…. ¿O tal vez te gustaría más un antiguo monasterio? ¿A lo mejor prefieres una abadía o un castillo o un sencillo edificio con historia familiar?
Tienes de todo en este entorno rural de ensueño para reposar los excesos…
Será un buen final de tus santas vacaciones. Tus cinco sentidos agradecerán contemplar el milagro de la resurrección de la piedra. Oler la libertad del campo abierto, escuchar la música del regato próximo, saborear el fruto del trabajo artesano y acariciar el tronco del árbol que los gnomos eligieron como hogar.
Rodríguez, Xerardo
Rodríguez, Xerardo


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