Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El carisma en la formación de un líder

miércoles, 25 de marzo de 2015
¿Qué es un líder? ¿Todos podemos serlo? ¿Qué cualidades tiene que tener un líder? ¿El líder nace o se hace? Estas y muchas otras preguntas sobre el liderazgo y la personalidad del líder han sido objeto de estudio desde hace años. Por definición, un líder es aquella persona que es capaz de influir en otros más de lo que ellos mismos son influidos.

Los sociólogos y psicólogos sociales distinguen fundamentalmente entre dos tipos de líderes: los líderes formales y los informales. Un líder formal es aquel que tiene designado un cargo para ello y que tiene a varias personas a su mando. Lo que popularmente se conoce como "jefe". Pero ojo, un líder puede ser un jefe pero no todos los jefes son líderes. El poder por sí solo no crea líderes, lo que crea líderes es su capacidad de influencia.

Se han descrito dos rasgos principales que debe tener un buen líder formal:
• Consideración: grado en el que el líder se interesa por el bienestar y la satisfacción de sus subordinados.
• Iniciación de estructura: grado en el que el líder explica y define su propio papel y el de sus seguidores. Un buen líder ha de explicar a sus subordinados lo que se espera de ellos, definir bien las tareas, etc.

Estas dos características se pueden aprender con la práctica del liderazgo y, normalmente, los jefes que puntúan alto en ambos rasgos suelen ser los jefes mejor valorados por sus empleados.

Por otro lado, existe el liderazgo informal: aquel que no necesita de una designación formal (en un puesto de trabajo, por ejemplo) para influir en los demás. Es el llamado "liderazgo carismático". ¿Qué tienen en común personajes tan dispares como Gandhi o Hitler? Pues que ambos fueron líderes carismáticos que además se convirtieron en líderes formales. ¿Qué tuvieron en común?
• Ambos discreparon con lo establecido y expresaron su deseo de cambiarlo.
• Propusieron alternativas que ilusionaron y convencieron. Eran buenos comunicadores.
• Utilizaron medios no convencionales e innovadores para alcanzar dicho cambio.
• Fueron capaces de asumir altos riesgos personales para conseguir sus objetivos.

Todo lo anterior es la definición exacta de lo que debe hacer uno para conseguir ser un líder informal. Ahora bien, un líder informal lo es porque tiene "carisma". El carisma se define por una serie de variables que mucha gente ha intentado enseñar o aprender, pero parece que los resultados no están tan claros ya que algunos de los rasgos del carisma tienen que ver con factores emocionales muy difíciles de cambiar, como sentirse cómodo en situaciones sociales, la habilidad para expresar emociones, saber manejar el contacto físico o la facilidad para actuar.

De todas maneras, aunque pudiera parecer que tener carisma es algo bueno, puede entrañar algunos peligros como crear una sensación de "falsa democracia" o "pensamiento grupal" en la cual las opiniones del líder dejan de cuestionarse dando lugar a toma de decisiones con consecuencias catastróficas.

En definitiva, un buen líder no tiene por qué ser carismático y una persona carismática no tiene por qué ser un buen líder. Existen habilidades de liderazgo que se pueden entrenar pero otras, que se mueven más en un plano emocional, requerirían de un trabajo más intenso y no siempre se garantizan buenos resultados.


Por Cristina Veira Ramos, miembro de Saluspot y psicóloga clínica en Andainas Psicología Clínica.
Saluspot
Saluspot


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES