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Modelo agotado y denostado

martes, 24 de febrero de 2015
Algunos por soberbia han olvidado que en democracia los partidos políticos son meros representantes del poder popular en las Instituciones. Su misión no es tanto ganar como servir. El sistema se pervierte en la medida que los representantes se convierten en meros funcionarios con obediencia debida a unas siglas.

Han querido convertir la economía en el núcleo de las relaciones entre poder y sociedad. De tanto insistir han conseguido un modelo perverso dónde el ciudadano, trabajador, pensionista, sea un mero asiento contable de ingresos o de gastos. Pero no todos los ciudadanos reciben el mismo trato. Y prueba de ello es la comparación entre quienes cotizan sin escapatoria desde el IRPF o el IVA, como clases populares, y las exenciones de toda índole que protegen los caudales de las clases mejor dotadas económicamente. Si había alguna duda, que no, ahí está el penúltimo escándalo de las cuentas a buen recaudo de la fiscalidad solidaria en Suiza.

Tiene razón el líder de la nueva izquierda en Grecia. Hay que recuperar la dignidad y la soberanía. La primera para darle al ciudadano lo que dice el derecho constitucional son sus prestaciones para que el ejercicio de la ciudadanía sea mucho más que un asiento contable. La segunda para ir a las instancias que mandan en la Europa del Euro y exigirles respeto frente a dicterios e imposiciones.

De paso, miren hacia atrás y vean como han dejado la sociedad. Quién nos iba a decir que la culta y desarrollada Europa, iba a sufrir una crisis dónde sólo se rescata a los que jugaron y especularon. Grecia quiere rescatar a sus ciudadanos. Los griegos han decidido desde la excelencia del sistema democrático -voto y alternancia- promover el cambio de personas, modelos y conductas. Es la sociedad civil, el tejido social, el pueblo llano, quien ha decidido que el modelo de la troika es perverso e incluso absolutamente incapaz de promover la riqueza necesaria para hacer frente a los compromisos de la deuda.

Hasta Krugman y Stiglitz, premios nóbeles han denunciado el fracaso de las políticas austericistas. Inmoral no es la reestructuración de la deuda, sino la ausencia de dicha reestructuración. Sobre todo cuando ha sido Europa quien ha permitido que estas deudas se desplacen desde el sector privado al sector público. Esperemos que el BCE defienda a los ciudadanos y no sea el cobrador de Alemania.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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