El Rey que reinó
miércoles, 31 de diciembre de 2014
Fernando Ónega lo ha conseguido otra vez: el periodista lucense que le creaba al abulense Adolfo Suárez sus frases impactantes, como aquella de Puedo prometer y prometo para anunciar en 1977 la democracia, ha logrado obtener confesiones de Juan Carlos I, el Rey no reinante ahora, para su primera biografía escrita tras abdicar el pasado 2 de junio.
Juan Carlos I: El hombre que pudo reinar (Plaza y Janés), estará a la venta el 2 de enero, pero el propio Ónega adelanta en los medios informativos algunas partes del libro que incluyen revelaciones del monarca designado por Franco como heredero a título de Rey, aunque él heredaba una dinastía multicentenaria de reyes, el último, Alfonso XIII, aunque Luis María Anson y los monárquicos tradicionales dirían que fue su padre, Don Juan, Juan II de Borbón.
Un aspecto interesante del trabajo de Ónega es su legitimidad y humanidad: el Rey se muestra agradecido, sobre todo, a los líderes socialista y comunista, Felipe González y Santiago Carrillo, que aceptaron la monarquía, pese a su republicanismo, a cambio de la democracia plena que el mismo monarca encarnó.
Aparecen sus problemas físicos y humanos y, aunque Ónega no desvela todavía las partes escritas que podrían herir a la familia de Don Juan Carlos, descube sus emociones en algunos momentos importantes de su vida personal e institucional.
Incluye, además, un testimonio atribuido a sus cercanos: la petición a la infanta Cristina, desobedecida por ella, de que renuncie a sus lejanos derechos dinásticos.
Hay otro aspecto fundamental para valorar a Don Juan Carlos y a la Monarquía que representa, que recoge Ónega y que muchos periodistas hemos comprobado trabajando en el exterior:
Si España tiene ahora multitud de empresas triunfando fuera y dando trabajo dentro, parte se debe a la labor de este viajante que llevaba en sus maletas, para exhibirlo y venderlo, todo lo bueno que creamos aquí.
Molares do Val, Manuel
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