El estreno de la película Miss Julia, de Liv Ullman, la musa de Bergman con quien vivía en la inhóspita y salvaje de Faro y tuvo una hija con este Maestro del cine metafísico y tótem sagrado de cineclub nos enfrenta en
un teatro filmado a un texto de Stringberg el gran dramaturgo nórdico con el tema estrella de la progresia occidental como es la violencia de género.
Lo que se llamaba crímenes pasionales o de honor ultrajado calderoniano se convirtió por arte de birlibirloque en violencia de género, expresión que hubo de inventarse e interpretar o parafrasear en la mayoría de las lenguas porque no existía y aquí se cometió una gran falacia, una grosera simplificación: la culpa era del machismo, sin aludir y aquí volvemos a Strinberg\Ullman, a la pasion irresistible, que se mezcla con la Venus de las pieles de Masoch y con las atrocidades del divino marques, como le llamaban a Sade en su tiempo.
Es decir, pasión pura y dura. La fuerza del instinto llevada al paroxismo. Frente a éste, sólo cabe la educación sentimental,ciertamente no impartida por Corín Tellado y sus émulos de los culebrones, sino con civismo y urbanidad para evitar horribles muertes y venganzas atroces.
Las feministas deberían predicar en sus cenáculos y en sus marchas apocalípticas contra los efectos perversos de las tremendas y fatales atracciones y esto a hombres y a mujeres, abogando para que la famosa química amorosa se convierta en química humana.
Claro es que los simpáticos Zapateros del mundo, a falta de saber como resolver el más grave baldón de nuestra época, que es la desigualdad creciente, ya que nadie sabe como se puede sustituir a la denostada economía de mercado, han encontrado la panacea de revolucionar a las damas occidentales contra un machismo que describen como raíz de todos los males y esto es muy rentable: les permite ganar elecciones y prosperar en la vida.
En una versión hitleriana, con música de Wagner, hubieran instrumentalizado castraciones en masa como se hace con los gatos, pero naturalmente los tiempos en Europa han cambiado y hemos abolido la pena de muerte.Esta claro que esta lectura torticera del machismo aboga por el unisex y sus ramificaciones más pintorescas. Es aconsejable asomarse al horizonte de tremebundas pasiones de la Srta. julia para comprender que el amor entendido como delirio de los sentidos es superior a la lucha de clases.
Ni una muerte mas. Ni una mujer o un hombre asesinados por sus amantes, pero para ello es necesario avanzar en el civismo de la educación sentimental y practicar un sano sentido del amor y mucho humor frente al morbo desatado de los seres de ojos enrojecidos que se devoran y luego llegan al oprobio del asesinato.
Srta Julia ¡no se suicide Vd! Váyase de viaje a Benidorm o a Ibiza y encontrará consuelo, aunque sea discotequero y en medio tal vez de ruidosos e incalificables botellones.
Joaquín Antuña es Presidente de Paz y Cooperación.
