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Futbólatras asesinos

miércoles, 03 de diciembre de 2014
Este domingo falleció un ultraviolento coruñés tras una pelea concertada entre doscientos forofos del Atlético de Madrid y el Deportivo de La/A Coruña en la que sus verdugos podrían haber sido los asesinados por él y sus amigos.

Lo hicieron porque sus clubes aceptan y protegen esas bandas de animadores violentos, que de vez en cuanto se matan siguiendo la fanática fe monoteísta de su equipo, un dios que les ordena la yihad contra sus rivales.

“Jimmy”, el fallecido coruñés de 43 años y padre de dos hijos, tenía cuentas pendientes con sus asesinos, pero también con la ley por malos tratos, violencia y venta de drogas. Un tipo ejemplar.

Debemos llamar “futbolatría” a la religión de esta chusma de delincuentes. Del inglés football, pie-pelota, y del griego latría, culto o creencia.

Su equipo sustituye a la religión según Karl Marx: “La ilusión de un mundo sin ilusiones, la esperanza de un mundo sin esperanza, el opio del pueblo”.

La futbolatría premia al adorador de su Alá con el Paraíso Terrenal, pero sólo temporalmente, tras ganar un partido.

Cuando pierde otro, el futbólatra va al infierno, de donde quiere salir para vengarse con una yihad contra quienes lo enviaron allí.

Las conclusiones casi teológicas anteriores aparecen al aplicar a estos acontecimientos y pasiones la “futbología”, de football y del griego logos, tratado, conocimiento.

La futbología es una rama del saber que nos enseña cómo afecta el fútbol a muchos creyentes, a sus futbólatras, como puede ser que despierta entre los más estúpidos de unas bandas y los más cretinos de sus contrarias sus instintos más irracionales.

La futbología nos señala las consecuencias del yihadismo futbolátrico: formada por bandas indeseables y antisistema de ultras de derecha, izquierda y nacionalistas, son morralla que puede encontrar lo que desea, matar o morir y aparecer como mártir de su fe.

Pues que no se priven, hombre, pero sin molestar al transeúnte.
Molares do Val, Manuel
Molares do Val, Manuel


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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