Carnet por puntos

Por fin, tendremos el carnet por puntos. O mejor: perderemos el carnet de conducir por puntos.

Con el enunciado habitual –“carnet por puntos”- parece como si en lugar del sistema habitual de curso en academia de conducir y exámen, a partir de ahora pudiésemos obtenerlo parcialmente hasta llegar a su consecución total.

No, el sistema no varía en cuanto a su adquisición. En cuanto lo tengamos, se nos asignará un valor en puntos, y estos se reducirán según tengamos “problemas” con las normas de tráfico.

Se espera mucho de este sistema, por entender que la inmensa mayoría de los accidentes se originan por imprudencias del conductor.

Hay que reconocer que las vías de comunicación han mejorado en los últimos años, que las características y el estado de los vehículos facilita la circulación y que –razonablemente- los accidentes que se produzcan sólo se deberán a condiciones climatológicas adversas o al propio conductor.

Las condiciones climatológicas son imponderables. Pero los conductores pueden hacer mucho por mejorar los balances de idas perdidas en el tráfico.

Que los conductores tenemos conductas impropias lo evidencia el propio cinturón de seguridad, de utilidad plenamente demostrada, y cuya carencia sigue causando muertos y más muertos cada semana.

Por lo tanto, bienvenido sea el experimento del “carnet por puntos”, aunque nos duela.

Si hay menos muertos, funciona. Si mejora el tráfico, funciona. Y si funciona, ganamos todos.

Nada que objetar, a priori, al sistema. Esperemos resultados.