Logros empresariales

Con su astucia, la colaboración de los Gobiernos y la pasividad de los sindicatos, los empresarios españoles, sobre todo los grandes, además de subvenciones del Estado, han conseguido grandes logros frente a ninguno de los trabajadores, algo totalmente lógico teniendo en cuenta los avispados empresarios que tenemos.

El Gobierno ha llevado a cabo una reforma laboral que sólo beneficia a los empresarios y que ha favorecido el despido y el empleo precario, es decir, contratos temporales, a tiempo parcial, y becarios, aprendices y peones trabajando prácticamente gratis. Seguramente, algunos llegarán a la edad de jubilación siendo todavía aprendices. De los últimos contratos, sólo un 7 % son fijos, el resto temporales y en prácticas, además, el 40 % de los nuevos contratos son a tiempo parcial. Todo ello a veces con jornadas laborales interminables, por aquello de que dos empleados trabajando doce horas diarias equivaldrían a tres empleados trabajando ocho horas diarias. La jornada laboral de ocho horas, que ya implantó Henry Ford a principios del siglo XX, en algunos sectores es una reliquia del pasado.

Otra hábil filigrana es contratar a trabajadores autónomos en vez de empleados para no tener que pagar la seguridad social que llevan asociada.

¿Y qué decir de los salarios? Según datos recientes, España es el segundo país de la UE donde más han caído los salarios (2 %), sólo por detrás de Grecia (5 %). El punto de partida es un mísero salario mínimo interprofesional de 645,30 €, de los más bajos de la Unión Europea, y además congelado. Este salario mínimo todavía pretendían bajarlo para los jóvenes sin experiencia. De momento no hay que pagar por trabajar, pero todo se andará.

Mención especial merecen los logros conseguidos por algunos pequeños empresarios del sector de la hostelería, es decir, contratos temporales con un largo período de pruebas, contratos a tiempo parcial de 3 horas pero trabajando 10 por unos pocos cientos de euros al mes. En estos casos, el trabajador nada puede hacer, o lo toma o lo deja, porque habrá muchos esperando por el puesto. Otra cosa es lo que podría hacer el Gobierno y los inspectores de trabajo.

Al paso que vamos y según la odiosa ley de la oferta y la demanda, al haber poca oferta de trabajo y mucha demanda de empleo, si no fuera porque estaría mal visto, volveríamos a los tiempos de la esclavitud.

También, desde hace tiempo, los empresarios han conseguido que los clientes trabajemos gratis en gasolineras, supermercados, autoservicios y cajeros automáticos. Y ya no digamos aquel empresario (uno de los más ricos del mundo) que te vende las tablas para muebles que luego tienes tú que ensamblar en tu casa. No hay ninguna duda de que uno de los grandes logros empresariales ha sido hacer trabajar gratis al cliente y que encima el cliente piense que le hacen un favor.

Pero ahora han conseguido algo más difícil todavía y que parecía imposible: ¡Tener ingenieros mileuristas! La ingeniería en España es una carrera difícil y los ingenieros españoles tienen una gran formación y son de los mejores de la UE, por cierto, muy valorados en Alemania, pero no juegan al futbol, así que, ¡mileuristas! Pero un título universitario ya no les basta y los empresarios muestran especial interés por aquellos perfiles que cuenten con estudios más allá de la universidad: los másteres.

Una gran ventaja para los empresarios es tener unos trabajadores tan buenos como los que hay en España. Si serán buenos los trabajadores españoles que - a pesar de los puentes, las ferias y fiestas, la hora del bocadillo, el café de los funcionarios que tanto molesta a algunos y el país paralizado en agosto - los pocos que trabajan hacen todo el trabajo y ya no queda trabajo para los más de cinco millones de parados que hay. Aquí podría decirse aquello de: "¡Dios, que buen vasallo si hubiese buen señor!".

También supone una gran logro para las grandes empresas contar con ex políticos influyentes entre sus consejeros, por los importantes contactos que pueden realizar. Hay 26 compañías del Ibex 35 que tienen a ex altos cargos en sus consejos. Suponen ya el 9,8% de los vocales.

En el ámbito fiscal los logros empresariales han sido impresionantes. Según un conocido inspector de Hacienda, los trabajadores pagan el veintitantos por ciento de impuestos mientras que las grandes empresas tributan el 5%, es decir, bastante menos que el IRPF de un pensionista. Por lo cual, podría decirse que España es como un paraíso fiscal para dichas empresas.