Monarquía o República
sábado, 07 de junio de 2014
No pensaba yo escribir del tema del que todos escriben, majestades saliente y entrante
Sin embargo me he despertado susurrando una vieja canción republicana, de aquellas de mis mayores
¡Resulta que ya he olvidado la letra! ¡Maldita memoria!
La cantaban todos los días y hablaban de usted, cuando aún era el príncipe don Juan Carlos, lo mismo que de Franco. O sea, decían pestes. Para usted, don Felipe VI, no tuvieron palabras, porque mis abuelos de Cudeiro se me fueron al espacio justo cuando su majestad dejó el pantalón corto; recuerdo que fue al mismo tiempo que mi hijo, el Dr. Frame, también de su generación del 68
Desde que los abuelos de mi pueblo se sentaban en el pretil del Camino Real para hablar bajito de política, pocas veces escuché aquello de
- España, mañana, será republicana
Ni siquiera a Carrillo, reconvertido al eurocomunismo monárquico; ni tampoco al socialista Felipe González, su mejor fans. Y no digamos a Fraga, sobre todo después de haber sido embajador en Londres.
Por ese olvido de la bandera tricolor y de los valores republicanos, nunca representados en los partidos que Pablo Iglesias llama de la casta, pensé yo que en España ya no quedaban partidarios de la República. Pensé que todos nos habíamos vuelto, cuando menos, lo que decía Ansón, juancarlistas.
Pero resulta que este lunes pasado volvieron a ondear en las plazas de media España esas banderas hechas a prisa con el mismo cariño que se hacían antes en casa, en la clandestinidad. En medio de aquel gentío escuchabas a chicos y chicas en la edad del pavo gritar consignas antimonarquía a dúo con señores canosos y mujeres demasiado emperifolladas para ir a estos actos
¡Que convoquen un referéndum!
¡Tenemos derecho a decidir!
¡El rey es del pueblo no el pueblo del rey!
¡Que nos consulten!
Yo creo, majestades, que esta gente de ahora está harta de que les tomen el pelo cuatro políticos de la casta a mi sí me gusta esta definición- que tomaron decisiones impensables; como la de hacer pagar al pueblo lo que debieran pagar los bancos, el pinchar la burbuja inmobiliaria mintiendo y estafando a los humildes, mandando al paro a cientos de miles de españoles, privándoles de sus derechos laborales, subiéndoles los impuestos, bajándoles las pensiones, echando a los jueces que intentan juzgar a los corruptos, entre los que no se salva su familia
En medio de esta maraña, llega usted, don Juan Carlos I, rey de España
y abdica
Lo cuenta al país el triste de Rajoy y remacha usted el asunto con un discurso de esos que llaman los periodistas de Casa Real emotivo.
Creo que esa medida llega tarde, tras unas elecciones y en medio de una convulsión estatal que le afecta directamente. Y creo que ambos los dos, ustedes los reyes, pierden una magnífica oportunidad de descastarse y hacernos olvidar que
España, un día, fue republicana
Hubiera bastado con hacerle al pueblo español una consulta sobre si quiere un rey o un presidente de una república
Porque seguro que el pueblo, en vista de los resultados y de la propaganda que le hacen a ustedes las televisiones, ya se ha vuelto como fueron Carrillo y Fraga; y como es Felipe
González.
Pero si la casta decide que gobierne Felipe VI a espaldas del españolito de a pié, difícil reinado le auguro a este Borbón joven, alto, fuerte, guapo y preparado como esa mayoría de su generación a la que llamaron JASP (Jóvenes Altos Sobradamente Preparados).
¡Aún están a tiempo!
¡Yo me lo pensaría!
Además, sobre este tema hizo una encuesta Antonio Jiménez en El Cascabel, de 13TV, y ganó la monarquía un 959 por ciento por un 41 que obtuvo la República.
Si lo dice la tele de la Iglesia
es que cuentan ustedes con el favor de Dios.
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Rodríguez, Xerardo
