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Cuiña, Corcoba, PP y juego límpio

jueves, 03 de noviembre de 2005
En el PP gallego esta teniendo lugar la presentación de candidaturas para elegir al sucesor de Fraga. Fraga, para sorpresa de muchos y entre los que me encuentro, hace unos días salió a la palestra para descalificar a Cuiña (el que hasta ahora fue uno de sus principales delfines y protegidos y al que Cuiña dijo de forma solemne que seguiría hasta el final) al decir que el político-empresario molinero de Lalin (Francisco José Vazquez también es un experto en molineras) se descalificaba como candidato a sucederle al tratar de romper la baraja si no ganaba.

Precisamente, con romper la baraja fue con lo que amenazaron Cuiña y Baltar poco antes de las elecciones autonómicas gallegas de junio 05. Presionaron a Fraga y lo llevaron al huerto. Lo cual, junto a otras cosas, significó que el PP perdiese las elecciones.

Esta claro que, a la luz de los resultados electorales y que dieron lugar a que el PP perdiese su nueva mayoría absoluta por muy poco, por 10.000-15.000 votos, por un único diputado y cuando PRISOE & Socios & Lobbies, las encuestas y otros estudios de Blanquito y demás les hacían creer, e incluso alardearon de ello públicamente, que el PP gallego perdería las elecciones por mas de cuatro e incluso por seis o siete escaños (uno o dos diputados por Lugo, uno por Orense, uno o dos por Pontevedra y dos por la Coruña después de la perdida de la Diputación); esta claro, como decíamos, que tenían toda la razón los que en el PP gallego y español señalaron que había que presentar otro candidato que no fuese Manuel Fraga y al que, por supuesto y con todos los honores y respetos hacia su figura, le reconocían todos sus méritos pero, precisamente por eso, estimaban que una de sus ultimas y mas grandes aportaciones tendría que ser la de saber retirarse a tiempo para rendir su último y gran servicio al PP gallego y español, a “España, lo único importante”.

Se trataría por tanto de dar paso (y Fraga, desde su proclamado gran amor y dedicación a Galicia y a España, debería leal e intensamente colaborar a ello y máxime cuando estaba, esta en marcha, en el marco de ¡todo vale por el poder incluido lo peor!, un proceso guerracivilista, revanchista, desestabilizador, deslegitimador y liquidador del PP y su alternativa electoral, de la constitución española del 78 y de la política de reconciliación y consenso de los 70 que la hizo posible, y con el fin de ganar en el siglo XXI la guerra civil que perdieron en el 36, de llevar a cabo la ruptura y como vienen defendiendo la banda terrorista ETA y otros nacionalistas antiespañoles, nacionalsocialistas, oportunistas, etc. que se han sumado a su radical y rupturista propuesta) pero con el tiempo suficiente a un nuevo candidato que viniese avalado por su capacidad profesional en la vida pública y privada, en el mundo político y empresarial, por su capacidad integradora y de liderazgo (con autoridad, firmeza y sabiendo estar, actuar y defenderse dialécticamente dentro y fuera del partido, en todos los foros), de trabajo en equipo dentro y fuera del partido, y de saber reunir en torno a su persona y dirección a los mas preparados y trabajadores para dinamizar al PP gallego, para movilizar, de forma permanente, abierta e innovadora, a los miembros, militantes, simpatizantes y votantes del PP (y que son muchos: el PP es el partido que cuenta con mas militantes en Galicia pero estos participan muy poco y cuando lo hacen es de forma indirecta, con múltiples mediadores, conseguidores, etc.), a la ciudadanía y con el fin de hacer frente, con el máximo rigor, competencia y honradez, con la máxima ilusión, dedicación, entrega y altura de miras, a los problemas y desafíos de Galicia.

En el proceso que esta viviendo el PP gallego hay modos y maneras que no pueden caber si hay acuerdo en que el proceso electoral interno tiene que ser limpio, abierto, participativo y transparente para que gane el mejor, aquellos que puedan dinamizar el PP y llevarlo de nuevo a la victoria para conseguir el mejor desarrollo para Galicia vinculado activamente con la España constitucional, sin exclusiones, sin revanchismos, ni populismos, ni demagogias, ni rupturas ni extremismos, sin señoritismos ni nomenklaturismos, ni corporativismos, sin politiquerías ni chanchullimos, un desarrollo abierto, responsable, integrador, competitivo, de juego limpio y profundamente humanista.

No pueden caber actitudes y comportamientos como los de Cacharro, Corcoba, Cuiña y otros.

Cacharro, que desde hace tiempo ha llevado al PP en Lugo a perder alguna de las demarcaciones de mas peso de esta provincia (Lugo, Monforte, Vivero, Ribadeo, etc.), por el bien del PP debería ser mucho mas prudente, dejar de intrigar para mantenerse a todo costa por los siglos de los siglos y dar paso a savia nueva y menos quemada, a las nuevas generaciones.

El problema es que algunos piensan mas en sus intereses personales y de grupo, en su permanencia como sea y están dispuestos a sacrificar lo que sea para defenderlo, para mantenerse.

Corcoba dice que si no lo nombran a él como candidato del PP a la alcaldía de La Coruña montara una candidatura al margen del PP. Cuiña, por su parte, que tuvo que cesar por el grave caso del Prestige, sigue los pasos de Corcoba, como ha denunciado Fraga, y señala que si no sale rompe la baraja. Ahora, ante la gravedad de estas declaraciones chantajistas, da marcha atrás, pero ya se ha visto lo que han hecho él y otros (y mas de una vez) cuando el PP gallego estaba en un proceso electoral decisivo: “como vai o meu é se non se atende rompemos a baraxa”. Cuiña, además, y en otro comportamiento muy poco presentable políticamente en el siglo XXI, quiere censurar, excluir de su comparecencia pública a los medios que no controla (¿por qué será, a que se debe este control?), que son críticos o en los que no puede imponer aquello que le resulta de su interés.

Algunos, y en diferentes fuerzas políticas, en diferentes medios, que han manejado muy importantes presupuestos, los resortes del poder y que han tejido desde el poder una importante red de intereses e influencias, han puesto a su entera disposición medios, voceros, instancias, encuestas, etc. para que distribuyan las representaciones que mas les convienen. Por eso, y dando muestras del mas viejo estilo controlador y politiquero, quieren seguir imponiendo lo que se puede decir y no decir (y a los que lo dicen), representar y no representar, hacer y no hacer, criticar y no criticar, etc.

La política debe ser el arte de lo deseable para hacerlo posible de forma honrada, limpia, creativa, responsable y humana, sabiendo ganar y perder, estar a las duras y a las maduras. La política no puede convertirse en la forma de conseguir un fin, un objetivo a cualquier precio, con unos y otros, sin principios, de forma oportunista, con quien sea y por cualquier medio, a cualquier precio (algunos consideran que todo se puede comprar, acallar, ningunear, manipular, representar de forma amañada, etc.: todo es comprable, manipulable y el que no se deja debe de ser acallado, ninguneado e incluso liquidado) por muy condenable que sea. Asimismo, la critica como la justicia (que es una forma de critica), deben de ser honradas y estar comprometidas con la búsqueda honrada, humilde y rigurosa de la verdad y su divulgación.

La política (la critica, la justicia, la cultura, el deporte, la economía, etc...) no puede convertirse en la peor politiquería, demagogia, manipulación, contaminación, dominación, juego sucio.

El PP gallego y español (y el resto de las fuerzas políticas), a la altura del siglo XXI, deben de dar el fundamental paso democratizador de conseguir ¡ya, en el siglo XXI!, que los militantes, simpatizantes y votantes, que los ciudadanos puedan participar, por medio de un juego libre, limpio, riguroso y responsable, en la votación (previa discusión responsable de sus propuestas, trayectorias, etc.), por medio de elecciones primarias, de sus candidatos electorales, de sus lideres, y como sucede en las diferentes elecciones políticas. Esto es lo que se hace desde hace muchos años en los partidos republicano y democrático americanos y que después ha sido implantado, por el desarrollo de los buenos modos políticos, en otros muchos partidos, fuerzas políticas y de todas las tendencias, en Europa y otras partes.

Los ciudadanos, militantes, simpatizantes y votantes no son tontos ni menores de edad, ni están ahí para se utilizados, manipulados, para dejarse llevar al huerto a cambio de componendas varias. Estos, al igual que eligen en las diferentes elecciones políticas a sus representantes, quieren también elegir (previa discusión de sus propuestas, capacidades, trayectorias, gestiones, etc., y al margen de politiquerías y clientelismos) a los que van a presidir los partidos en los que mas confían, a los que van a ser sus principales candidatos electorales.

En la vida publica y privada, en la sociedad política, económica, mediática, cultural y social es preciso crear unas normas que permitan un juego limpio para seleccionar y promocionar a los mejores, es decir, a los mas honrados, competentes y humanos (que deben de ser controlados de forma limpia y rigurosa); juego en el que todos, libre, positiva y creativamente, puedan participar, de forma limpia y responsable, sabiendo ganar y perder, sin convertir a los adversarios cuando ganan en los peores enemigos y contra los que vale todo para sustituirlos, para perpetuarse en los cargos, en el poder e, incluso, para liquidarlos.
Cancio, Miguel
Cancio, Miguel


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