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El cine es carísimo

viernes, 06 de diciembre de 2013
Desde niño soy muy aficionado al cine . Mi padre nos proyectaba, a los hijos (9) y sus amigos , casi todas las semanas , películas, incluso del cine mudo , en blanco y negro y color , de Charlot , del Gordo y del Flaco , de Rintintin , Lassy , etc. Más tarde, de chaval, me acuerdo de ir, con los amigos, prácticamente dos o tres veces a la semana, a ver las películas que se proyectaban en las seis salas que durante mucho tiempo existían en Lugo , eso si, casi siempre ,en “general “, con bancos de madera corridos , que costaba una peseta ( unos 0,006 €) .

Salvo las “españoladas”, las de amor y los dramones , nos papábamos todas las pelis americanas del Oeste , de guerra , de risa , las americanas , italianas , francesas e inglesas, en blanco y negro y en color. Muchas de aquellas películas son , para mi, inolvidables, y aún hoy , cuando las encuentro en Canal +, las vuelvo a ver con admiración y cierta nostalgia .

Confieso que con el cine español tengo ciertos reparos y prejuicios, y desde aquella época soy muy prudente y selectivo, a la hora de ver películas españolas .

En mi época de estudiante universitario, seguí cultivando esta afición , aunque tengo que confesar que el término cultivar me parece excesivo para ciertas experiencias en aquellas inefables sesiones continuas en que las motivaciones eran más “ cínicas”, ya que tenían por objeto el “meter mano” en las filas de atrás , llamadas de los mancos , único sitio “ permitido “ para aquellos desahogos , en aquella España pacata, que se escandalizaba por un simple beso o un abrazo en público. ¿ Salidos ? No ¡ Éramos unos héroes

Un año en Roma , como funcionario, formándome en la Universidad de Roma, en Economía Europea , casi me obligó a “especializarme “ en el magnífico cine italiano y en Opera italiana.

Hoy sigo siendo un aficionado al cine , pero no voy al cine en el sentido de que el cine no lo veo en las salas de proyección , por dos motivos fundamentales : por comodidad y por que es carísimo . Mi vicio lo cultivo por el sustitutivo de la televisión por satélite , que no es lo mismo que sentarte en tu cómoda butaca , con una pantalla grande un magnífico sonido , silencio a tu alrededor, etc. Todo esto lo hace imbatible ante la alternativa de ver las pelis en casa, por mucho que mejoren las teles en calidad de imagen , tamaño , sonido, la posibilidad de elección de títulos , verlos en versión original o doblados, la posibilidad de programar el visionado cuando quieras , gravarlo , parar el visionado , e incluso verlos por el teléfono o en el ordenador , etc. y ya no me refiero a las prácticas de bajar por internet, gratis o pagando , cualquier título estrenado o incluso a punto de estrenarse, que se te pueda ocurrir o comprarlo en CD, en tiendas o de matute , a los negritos .

Si todas esas alternativas de ver una película en las salas de proyección, no me producen las mismas sensaciones , cabe formularse la pregunta ¿ por que no vas más a menudo ? , la respuesta es rápida y contundente :¡ Es que es carísimo ! . Y eso que yo soy un jubilado y no como palomitas, ni bebo coca cola , ni todo eso que, como además hace ruido , me molesta bastante . Por eso tengo que recurrir a la tecnología que me permite solucionar diariamente , en casa , mi mono “cínico “, aceptablemente .

Pero de vez en cuando me desplazo a la única multisala que queda en Lugo , atraído por una obra precedida de una critica excelente , y/o por haber obtenido un premio cinematográfico importante, por lo que voy, por la semana y con tiempo , esperando tener que hacer cola para sacar las entradas y soportar un llenazo, acorde con la importancia de la película.

Increiblemente me asombro siempre, por que alguna vez he estado yo solo, o con tres , cuatro o cinco personas más , bailando en una de las 8 salas, de un aforo importante. También, inevitablemente, por deformación profesional, hago un cálculo de los ingresos por entradas obtenidos y hago siempre el mismo razonamiento preguntándome. ¿ cuanto más ingresarían si bajaran los precios de las entradas? , pregunta que comento con mi mujer siempre, cuando llego a casa .

Desconozco el negocio de la proyección cinematografica pero intuyo que tiene unos gastos fijos importantes : alquileres de locales, limpieza, alquiler de películas, electricidad , climatización , salarios ,etc que ocurren con independencia del número de espectadores y unos gastos variables relativamente reducidos : derechos de autor (3%) , alquiler de películas, IVA(21%) etc, , por lo que el beneficio de las salas de proyección cinematográficas dependerá fundamentalmente de la caja que realicen, esto es : precio de las entradas, por número de espectadores .

Aunque , desde fuera, la experiencia me dice que elucubrar sobre una empresa , uno tiene casi la certeza de equivocarse, pensaba que la demanda de entradas era muy elástica respecto al precio , esto es, por ejemplo, que si bajamos a la mitad el precio , la venta de entradas sería mucho más del doble, y por tanto aumentaba la recaudación total , era intuición, pero no sabía en que medida respondería la demanda de entradas ante una bajada en el precio de las entradas . Pensaba , por tanto, que mantener por pelotas el precio de las entradas alto, era una política suicida y que, a parte de cuestiones de evolución tecnológica y modificación de las costumbres, son una de las variables explicativas del cierre de miles de salas de proyección en toda España, mercado dominado hoy por las grandes cadenas de proyección cinematográfica .

Hoy las cosas han cambiado y empieza a apreciarse una tendencia en la rebaja drástica del precio de las entradas . Promociones , días del espectador , fiestas del cine etc., eran solo tanteos de la guerra que se avecina y que se librará en dos frentes : el tecnológico principalmente con la digitalización de las pantallas y el económico , reduciendo el precio de las entradas , con el objetivo de recuperar a los espectadores, que han caído en picado , en una palabra :¡ hay que hacer caja !

El pasado 21 de octubre me entero que durante tres días, las entradas de cine van a estar a 2,90€ y acompañado por mi mujer y una amiga, nos apresuramos a organizar una excursión cinéfila a Las Termas por que echaban dos o tres pelis interesantes. Salimos con tiempo, más de media hora, porque supusimos que habría cola para sacar las entradas , y cual no sería nuestra sorpresa, al acercarnos a la entrada del complejo comercial, que estaba abarrotado de gente , desde la misma puerta , llenando el inmenso hall . Pensé que era la cola para las taquillas y me puse respetuosamente en mi sitio , mientras mi mujer y nuestra amiga iban a explorar por el inicio de la cola , regresando inmediatamente ojipláticas , no era la cola de las taquillas , ¡ era la cola de la entrada en las salas !, ¡ en las taquillas no había cola, por que no había entradas ! y ¡ todo el mundo a mi alrededor ya había sacado anticipadamente la entrada por internet ! .

Mientras nos tomábamos unos refrescos comentaba con mi amiga mi teoría que mi mujer había oído muchas veces bajando el precio de las entradas , se dispara el número de expectadores y, por tanto, de ingresos . Luego me enteré que esta Fiesta del cine se había organizado en toda España en una acción coordinada por unas cadenas de salas de proyección que suponían el 75% del parque nacional (323 cines con 2.924 pantallas) y que el número de espectadores se había multiplicado por siete , respecto a los mismos días : lunes , martes y miércoles de la semana anterior . Mi tesis de que la demanda era muy elástica respecto al precio , se confirmó, y sacamos también otra conclusión, los viejos aficionados tenemos que ponernos las pilas y, abandonando costumbres atávicas , utilizar la tecnología para sacar las entradas.

En noviembre se lanzó otra promoción a 3€ la entrada, por otras dos cadenas importantes, con una respuesta contundente . A partir de ese momento la guerra de precios está planteada, por lo menos , en las grandes ciudades , con promociones atractivas y una bajada generalizada de los precios en todas las salas del país, si quieren recuperar espectadores y hacer caja .

La sociedad española ha ido cambiando en estos últimos 60 años que soy espectador habitual de cine y las salas que no se han adaptado a las exigencias del público, han ido cerrando y sus magníficos solares, dedicados a viviendas ( yo mismo vivo en donde estaba el cine España ); han cambiado también las costumbres , hoy las parejas no necesitan ir al cine para meterse mano , sino que van a ver la película, insólito en otras épocas épicas ; tampoco hay que ir al cine por que hace frío o calor fuera, ya que casi todos los establecimientos públicos , están climatizados, etc, etc

La distribución cinematográfica tendrá que adaptarse a la situación social y económica , al avance y generalización de otros soportes de cine , digitalización de pantallas, aplicación de sofisticadas técnicas de marketig,etc, si se quiere frenar la sangría que supone el continuo cierre de salas de proyección.
Figueroa, Rosendo
Figueroa, Rosendo


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