Los abogados defensores

De igual para todos, nada. Me refiero a la Justicia, esa veleidosa dama con la que, el que mas y el que menos, a lo largo de su vida, tendrá una aventura. Porque un pleito… siempre será una aventura. Por eso los sabios ancianos de mi Cudeiro natal siempre te decían…

—- Non te metas en xuicios, nin se te ocurra. Porque anque teñas a razón, hante foder…

Perdón por la expresión, pero no es mía. Es del viejo tabernero Jaime Rodríguez, al que todos llamaban “Tarabelo” porque decían que le faltaba un tornillo…

—- Diso nada. Os tolos son os que van de listos pola vida e contan todo o que saben…

Esa es la clave, contar o no contar. Colaborar con la Justicia o poner trabas a la labor de los jueces ya desde la Instrucción. Es algo que la gente no entiende muy bien del trabajo de los abogados defensores, sabes. No entiende alguna de las actuaciones que han tenido lugar en Galicia y fuera de Galicia, en casos que están levantando ampollas.

Por ejemplo. El de la Infanta Cristina.

Cuando los periódicos demuestran con documentos oficiales su presunta implicación directa en el caso Urdangarín y le escuchas decir a la gente…

—- Tan boa é ela coma él…

Pues resulta que va su letrado y entra en descalificaciones con “El Mundo” para matar al mensajero. A este paso va a tener que matar también –en sentido figurado, claro, a la Agencia Tributaria y a los trabajadores de los juzgados de Palma.

Pero el que más cabrea al personal, aquí en Galicia, es el abogado de la presunta asesina y madre adoptiva de Asunta Basterra, a la que le dice…

—- No colabores con la reconstrucción de los hechos. No tienes ninguna obligación…

Y cada vez que abre la boca es para desacreditar el trabajo del Juez Taín y el de la policía. E incluso recomienda actuar contra algún medio de comunicación por haber publicado una carta de respuesta a dos periodistas, firmada por Rosario Porto.

—- ¿Pero no dice que es inocente su defendida? Pues entonces le interesará más colaborar con la Justicia, digo yo…

Eso dice, efectivamente, una señora, en el “super”, dónde la gente aprovecha la cola de la pescadería para hablar del más horrendo de los crímenes cometidos en Santiago a lo largo de su historia.

En esto, que le pregunto a un colega que cambió el Derecho por el Periodismo, que ya es cambiar…

—- ¿Tú por qué te borraste de la profesión de abogado?

—- Porque solo me tocaba defender a los malos. Los buenos no necesitan defensa.

En estas disquisiciones andaba yo cuando leo a mi admirado amigo Alfonso Vázquez Monxardín en “La Región” hablando de este asunto, de lo justo e injusto que resulta defender lo indefendible. Y me da la clave en el lenguaje:

—- Para empezar avogado, etimolóxicamente, nada ten que ver con ius, xustiza. Vén da expresión latina ad auxilium vocatus -por iso en portugués aínda poñen o d: advogado- e significa, literalmente, “o chamado para auxiliar”. O que pon voz por ti e trata de interceder no teu favor, con independencia, claro, de que sexas inocente ou culpable, ou de que teñas razón ou non.

—- Claro, claro. Si no hubiese abogados como José Luís Gutiérrez Aranguren, al que ya conoce todo el mundo por el caso de Rosario Porto, pues la justicia no estaría equilibrada.

—- Los “reos” estarían condenados de antemano.

Aunque, por otra parte, si existiese ese equilibrio… sería muy saludable para la causa porque resultaría esclarecedor cualquier informe de cualquier letrado. Pero…

Cuentan algunos jueces que los abogados defensores no van de frente y si para lograr un veredicto de inocencia tienen que poner todo tipo de trabas en el proceso, pues las ponen y ya está.

Es más, el buen defensor resulta ser aquel capaz de desmantelar con triquiñuelas jurídicas las pruebas que se ponen en la mesa del juez, aún a sabiendas de que demuestran la culpabilidad del acusado, caso de algunas escuchas telefónicas que han invalidado algunas causas por falta de requisitos legales.

Por eso la justicia no es igual para todos…

—- Si te metes en pleitos puedes perder la razón que tenías.

Los abogados de la Infanta Cristina y de Rosario Porto, tienen entre manos los dos casos más difíciles de la justicia española y la justicia gallega, en estos momentos. Pero ya sabes que ellos son “los llamados para auxiliar”. No podemos pedirles que ayuden al Juez Castro y al Juez Taín.

—– Claro, claro… Obstruirán su instrucción.

Ellos son los defensores y si son buenos, como parece que son, pues puede que ni la Infanta Cristina resulte imputada en el asunto “Nos”, ni Rosario Porto condenada por el presunto asesinato de su hija adoptiva, la pequeña Asunta.

Por lo de pronto, Aranguren ya ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional contra su prisión provisional, situación que califica de “detención ilegal”. Quiere retrotraer la instrucción al 27 de Septiembre, fecha en la que Vázquez Taín firmó el auto de ingreso en prisión. Además presentó otro recurso ante la Audiencia Provincial en el que pide se revoque la decisión de que sea juzgada por un Tribunal Popular, ya que considera podría estar muy influenciado por la publicación en los medios de comunicación de lo que considera secretos sumariales.

La abogada de Alfonso Basterra, por el momento, no ha presentado recursos…

Son solo recursos, naturalmente, pero la defensa ha comenzado a mover sus fichas.

—– La justicia no es igual para todos. Si tienes un buen abogado tienes un alto porcentaje de ganar el juicio.

A mí, sin embargo, para que creáis en la Justicia, me gustaría recordaros dos versos de Nicolás Guillén…

“Cuando llegues será un pena que no exista Dios… Pero habrá otros dignos de recibirte…”

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