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"Galicia no pedirá más ni se conformará con menos de lo que le corresponde": Feijóo toma posesión como presidente de la Xunta

Discurso de Núñez Feijóo en la Praza do Obradoiro:

En esta plaza mayor de Galicia, de España y de Europa, delante de una de las mayores expresiones de nuestro espíritu colectivo, saludo a todos los gallegos de Galicia, de España, de Europa y del mundo. Así como al primer ministro del Gobierno de España, que también es un gallego.

En la Galicia de hoy no hay derrotados ni vencidos. Las urnas son afluentes de un mismo río que es Galicia. Todos los votos, ideas, sensibilidades e inquietudes son la materia prima para construir nuestro país.

El futuro no puede prescindir de nadie. Galicia es una síntesis. Galicia es un acuerdo. Galicia es un gran Camino donde van a parar otros más pequeños pero necesarios.

La catedral que nos preside es una obra colectiva hecha por gallegos. Por obreros, por escultores, por arquitectos gallegos. Muchos de sus nombres se olvidaron, pero su trabajo quedó impreso en la piedra para toda la eternidad.

Hay otra gran obra, labrada también durante siglos, que es la convivencia. Galicia está hecha de caminantes que nunca se paran, que hacen de la palabra su bordón y persiguen un mismo jubileo.

Igual que el caminante, el gallego se agrupa. Igual que el caminante, el gallego nunca se da por vencido, no desanda la ruta, ni se siente solo. Igual que el caminante, el gallego es solidario, ayuda, comparte. Ningún gallego puede ser indiferente a otro gallego.

Junto al Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo, hay muchos más que construyen los gallegos trabajando al contado común todos los días.

El Pórtico y la fachada del Obradoiro son un símbolo gallego de alcance universal.

Quienes lo hicieron aspiraban a lo mismo que aspiramos nosotros tantos siglos después.

Queremos que Galicia esté en el mundo, y que el mundo esté en Galicia.
La Galicia que definimos entre todos, quiere ser partícipe, protagonista, autora de los cambios y transformaciones que nos deparan el presente y sobre todo el futuro.

En esta plaza mayor de España, y en compañía del presidente de España, saludamos a los pueblos que forman con nosotros una patria común asentada en la historia, pero sobre todo en la democracia y en el autogobierno de sus comunidades.

La España que formamos con todos ellos es solidaria y plural. En ella no hay ni puede haber privilegios injustos.

Esa España refuerza lo que somos porque nuestra manera de ser españoles es pensar, sentir y actuar como gallegos.

En esta plaza mayor de Europa, saludamos a los europeos que comparten la mayor aventura de libertad y progreso que conoció la historia.

Desde este centro de los valores europeístas pedimos que esa unión que sigue siendo, a pesar de todo, un oasis de convivencia y prosperidad, no se detenga.

Europa es mas que una moneda, un mercado, una política común. Europa debe ser ese sentimiento que aquí experimentaron y experimentan peregrinos que se buscan a sí mismos.

Estamos habitando los sueños de nuestros padres, y soñamos la Galicia de nuestros hijos.

Galicia es la tierra donde los sueños son posibles, y las utopías pueden ser reales.

Aquí está el sueño de un rapaz de los Peares que sigue sintiendo el cariño de su familia y de sus gentes.

Un chaval que aprendió que los puentes son un elemento consustancial al paisaje de Galicia, y que ahora, modesto militante de su gente, sabe que otros puentes humanos y políticos soy imprescindible para hacer un país.

Galicia son caminos y son puentes. Los gallegos transitan por ellos, reducen distancias, salvan hoyos que parecían inexpugnables para unirse, juntarse y , como dijo Curros Enríquez.

He ahí la herencia que recibimos de nuestros padres y el testimonio que pasaremos a nuestros hijos. Mientras esta transmisión se mantenga, Galicia desafiará al tiempo y a las dificultades.

Galicia es una nacionalidad que elige sin dejar heridas ni .
Aquí no hay razones para que unos digan que no sienten como suyo a un presidente, y otros afirmen que no sienten como suyo al pueblo.

Todos los presidentes y todos los pueblos son nuestros. La democracia son unas instituciones y unas normas, pero sobre todo unos valores que los gallegos tenemos mucho antes de que la libertad quedara consagrada en la Constitución y en el Estatuto.

Galicia somos todos.

Empezando por los gallegos que sufren una vida precaria o dependiente, las maltratadas, los que están fuera contra su voluntad, los emigrantes nuestros y los inmigrantes también nuestros que llegan aquí buscando dignidad.

Todos forman ese país con experiencia y esperanza que hoy inaugura una nueva jornada, bajo la protección de un Apóstol fiel a una tierra que hizo suya.

Ya no somos la tierra donde finalizaba el mundo. Galicia no es un final, sino un principio. No es un epílogo, sino un umbral, un gran Pórtico que da la entrada a la libertad, a la convivencia y a la prosperidad. Así quieren los gallegos que sea. Así será con la ayuda de todos. Porque Galicia somos todos. Y todos los gallegos de hoy tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos para los gallegos del mañana.

¡Viva Galicia!

Discurso de Núñez Feijóo en el Parlamento de Galicia:

Por tercera vez tengo la honra de recibir la investidura como presidente de la Xunta de Galicia.

Por tercera vez el pueblo gallego y el Parlamento me otorgan la responsabilidad de dirigir el Gobierno de nuestro país, de acuerdo con la Constitución y el Estatuto de Autonomía.

Por tercera vez me siento como un discípulo de nuestra gente.

Igual que una buena madre, Galicia no deja de enseñar lecciones y experiencias acumuladas durante su larga andadura por la historia.

Espero seguir siendo un hijo que la escucha, aprende, y le devuelve cuando menos una parte del mucho que Galicia me dio.

Si a estas alturas del siglo XXI nos preguntamos por un pueblo que administró con provecho y sensatez su autogobierno, tendríamos que contestar que ese pueblo es Galicia.

Si queremos encontrar un modelo de orgullo comunitario que no excluye, sino que incorpora otras culturas e identidades, ese modelo está en Galicia.

Si vamos en la búsqueda de un pueblo diverso que mantiene su unidad y supera con ella los malos momentos, lo encontraremos en Galicia.

Si precisamos un ejemplo de país donde nacen las más viejas tradiciones espirituales europeas, pero que tiene una sociedad abierta y una economía internacionalizada, ese ejemplo se llama Galicia.

Y se buscamos estabilidad, esa estabilidad la habrá en Galicia.
Galicia cree en sí misma. Los gallegos protagonizamos una epopeya democrática que tiene como resultado una sociedad más libre, más igual y más fraterna, sin tener que pagar el tributo del enfrentamiento o la discordia.

El autor de esa partitura fue el pueblo gallego y los intérpretes, gobernantes de todos los pensamientos que ya tienen un lugar de privilegio en nuestra historia.

Los presidentes Xerardo Fernández Albor, Fernando González Laxe, Manuel Fraga y Emilio Pérez Touriño hacen que cualquier gallego sienta un legítimo orgullo. Trabajaron a favor de una Galicia unida por infraestructuras, por servicios públicos homogéneos, y también por valores compartidos. Les agradezco su presencia hoy aquí, al igual que la de presidentes de Diputaciones y la de regidores y ex regidores que son también partícipes de la construcción de esa Galicia única, y de una forma también muy especial a la portavoz y a los portavoces de los Grupos Parlamentarios de la Cámara.

Entre todos demostramos la injusticia de tópicos que parecían endémicos. La supuesta tierra del minifundio es escenario de grandes proyectos colectivos en lo político, en lo social, en lo cultural y en lo económico.

La sociedad descrita como titubeante y ambigua, reafirma con democrática manía una estabilidad basada en mayorías elocuentes.

Galicia sabe lo que quiere. Responde la esa idea de país en el que las personas no viven simplemente juntas, sino que hacen cosas juntas.

Formamos parte de esos pueblos que no se preguntan que les va a pasar en el futuro, sino que van a hacer en el futuro. Antes de que este Parlamento que nos acoge fuera una realidad, formó parte de los sueños de muchos de nuestros padres, abuelos y ancestros.

El autogobierno fue una utopía realizada gracias a la lucha y el trabajo de gallegos conocidos y anónimos. Ahora el sueño realizable es que el futuro sea un tiempo en el que Galicia brille como una comunidad libre y próspera. El futuro no puede sorprendernos y, mucho menos, dividirnos.

Para eso, la estabilidad política e institucional es un requisito esencial. Estabilidad del autogobierno gallego, y estabilidad también de la nación española de la que Galicia forma parte, y de la Unión Europea a la que nos vinculan pasados, valores y objetivos comunes.

El equilibrio político que los gallegos han conseguido es efectivamente una excepción en España pero no una anomalía. Lo anómalo es el bloqueo institucional, el establecimiento de líneas rojas arbitrarias o la insistencia en perjuicios que perjudican la gobernación del Estado.
Sabe el presidente Mariano Rajoy, al que le quiero agradecer su gesto de participar en esta toma de posesión, que Galicia puede y quiere ser un modelo de estabilidad para España.

Y le pido que le traslade al Jefe del Estado que soy muy consciente de que lo que acabo de prometer supone asumir la honra de ser el Presidente de Galicia pero también el representante común del Estado en mi tierra, y lo hago con orgullo y con el permanente compromiso de lealtad a España.

Sabe también que el Gobierno que yo presida será un aliado fiel y coherente para afrontar los retos que nos esperan.

Galicia se situará al lado de las reformas económicas que consoliden la recuperación y permitan que llegue a los que más sufren, tanto por el desempleo como por un trabajo que no les da recursos suficientes.

Como nacionalidad histórica que somos, Galicia no estará ausente de ningún debate territorial que cuestione la soberanía común o una financiación justa para todos los ciudadanos de todas las comunidades autónomas que conformamos España.

Como cuna jacobea de la nueva Europa, Galicia anhela un nuevo ánimo de la Unión Europea que disipe los malos augurios.

Galicia estará presente en el futuro con esa estabilidad, y también perseverando en una Galicia global de puertas y ventanas abiertas, y puentes tendidos.

La Galicia del siglo XXI no cierra ni desconecta, ni rechaza. Es el pueblo del SÍ, el pueblo afirmativo, una comunidad donde no existen , sino verdades como manos tendidas.

Esa Galicia entiende que el poder más efectivo de un país está en sus redes de cooperación, en su capacidad para comunicarse con su entorno y rechazar cualquier aislamiento.

El futuro, señoras y señores, tampoco nos puede dividir. Defendemos un crecimiento armónico que se asemeje al de los organismos vivos, en el que no haya gallegos ni Galicias que queden atrás.

Nuestra fortaleza está y seguirá estando en la inexistencia de brechas que fragmenten la sociedad.

Avanzaremos todos, con el acuerdo de todos y hacia metas definidas por todos los que sigamos el consejo de unir esfuerzos y no de dividirlos, tal y como siempre nos reclaman los gallegos.
Señoras y señores. Acontecimientos bien recientes vienen a demostrar que el mañana es azaroso, y que la profesión de futurólogo tiene poco futuro. Pero en medio de las incertidumbres permanece en pie la seguridad de que la unidad colectiva y la estabilidad institucional son una garantía para convertir ese futuro en aliado.

Los gallegos lo saben. Los gallegos lo sabemos. Es una lección que se transmitió de generación en generación desde tiempos lejanos, y que ahora llega a nosotros para que la apliquemos.

Me siento discípulo de nuestra gente. Me siento como un docente que va con la mente abierta y el corazón ilusionado al aula del maestro, como se si se tratase del primer día y de la primera clase.

Bien sé que esa sabiduría que Galicia atesora no está a mi alcance, pero siempre necesitaré acudir a ella para orientarme y servir mejor a mis conciudadanos.

Ojalá que me ilumine y anime en la tarea de empezar a vivir en el futuro. Galicia es uno de los pueblos más antiguos del mundo porque así lo quisieron nuestros ancestros. Galicia, una tierra, un pueblo, un habla... y un Parlamento. Nuestra misión es hacer desde aquí que perdure y que, en nuestro sonar, .

Cuento para eso con el recuerdo y el ejemplo de un gallego que no está.

Y también cuento con la motivación y con la ilusión de un gallego que está por venir.

Señor presidente del Gobierno de España. Galicia siempre estará ahí. Nunca pedirá más de lo que le corresponde, pero nunca se conformará con menos de lo que le corresponde.

Fotografías: Gabinete de Comunicación de la Xunta de Galicia.